“¿No se entregó Lula? –No, qué se va a entregar...". El diálogo fue entre dos mujeres que a las 17.00 de ayer se acercaron hasta la sede del PIT-CNT, que convocó a organizaciones sociales a conformar un comité en defensa de la democracia en Brasil. El canal argentino TN transmitía desde fuera de la sede del Sindicato de los Metalúrgicos de São Bernardo do Campo, y alrededor de la tele, en el hall de entrada de la central, se concentraban quienes entraban. En la ronda, la vicepresidenta de la República, Lucía Topolansky, seguía atenta lo que pasaba y comentaba con Fernando Gambera, el secretario de Relaciones Internacionales del PIT-CNT, que hubiera hecho lo mismo que Luiz Inácio Lula da Silva. “Es lo que tenía que hacer. Ayer le dije a mi secretaria: ‘Yo si fuera Lula me meto en el sindicato de los metalúrgicos’”. También llegaron a la sede del PIT-CNT los senadores del Frente Amplio Mónica Xavier, Juan Castillo y Charles Carrera, la ex vicecanciller Belela Herrera y el ex director de la Institución Nacional de Derechos Humanos Juan Raúl Ferreira.
Topolansky afirmó que la democracia brasileña “ha quedado golpeada”, lo que “redunda en todas las democracias latinoamericanas”. “Tengo 73 años, y recuerdo perfectamente el golpe de Estado de Brasil, que fue el primero de la serie de golpes de Estado en todos los países de América, entonces abro los ojos”, explicó. No quiso definir la democracia brasileña, pero se preguntó: “Si unas horas antes de que un tribunal, que falló por la diferencia de un voto, hablan unos militares en tono amenazante, ¿cómo se llama eso?”. Aseguró que hay una cantidad de intereses que “no toleran que, en el caso de Brasil, un metalúrgico nacido en el sertão pueda ser presidente de la República otra vez más". La vicepresidenta comentó que la decisión del Supremo Tribunal Federal no le llamó la atención, pero se preguntó qué pasará si el Partido de los Trabajadores gana, sin Lula, las elecciones en octubre. “¿Le darán el gobierno? Como militante política tengo que hacerme esa pregunta”, explicó.
La reunión se convocó para que representantes de organizaciones sociales coordinaran la puesta en marcha de un comité en defensa de la democracia en Brasil. Ayer se integraron, además del PIT-CNT, la Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay, Redes - Amigos de la Tierra y la Federación Uruguaya de Cooperativas de Vivienda por Ayuda Mutua. Marcelo Abdala, secretario general de la central, aseguró que los primeros días de la próxima semana organizarán una “terrible movilización” frente a la Embajada de Brasil.
El presidente del PIT-CNT, Fernando Pereira, aseguró que el de Lula es “uno de los liderazgos más importantes de la izquierda latinoamericana”, y confió en que durante estos días, en todo el país habrá “miles de asambleas para explicar la situación, porque no vamos a dejar pasar, mirando de lejos, que se diga que Lula está preso por corrupto; está preso político en Brasil”. “Se trata de evitar que Lula sea presidente”, afirmó, y –al igual que Abdala– hizo referencia a la prisión de Wilson Ferreira Aldunate durante las elecciones de 1984. “Si alguien fuera tan jodido, ¿su pueblo lo apoyaría con esa firmeza? Si alguien efectivamente hubiera demostrado que se enriqueció a costa del pueblo brasileño, ¿ese pueblo lo estaría votando para la presidencia? Se está subestimando al pueblo”, opinó Pereira.

“Solidaridad y respaldo”

La Mesa Política del Frente Amplio se manifestó ayer por unanimidad expresando su “solidaridad y respaldo” a Lula, al Partido de los Trabajadores y al pueblo de Brasil,“con el convencimiento de que más temprano que tarde, la lucha del hermano pueblo logrará revertir la actual situación política y retomará el camino de las transformaciones progresistas”. La declaración recuerda el artículo 5 de la Constitución brasileña, que afirma que “nadie será considerado culpable hasta la firmeza de la sentencia penal condenatoria”, y asegura que la negativa del hábeas corpus “no hace otra cosa que confirmar las acciones impulsadas por la élite económica que, con la complicidad de los grandes medios de comunicación, actores del Poder Judicial, la Procuraduría General y de la Policía Federal, han promovido una acusación y una sentencia carente de pruebas, que pone en cuestión, como lo sostiene una enorme cantidad de juristas y académicos, el Estado de Derecho en la hermana República Federativa del Brasil”. La declaración manifiesta que estas acciones buscan también “eliminar la incidencia de que el gobierno de Brasil, encabezado por el Partido de los Trabajadores, ha tenido en fortalecimiento de la soberanía de la región, al desarrollar una política exterior soberana, alejada de los centros de poder internacional, y que tuvo a Lula como uno de sus principales representantes”, y rechaza los dichos de generales del Ejército de Brasil “en actividad y reserva que, amplificada por los mismos medios de comunicación que han sido parte de la ofensiva desde el inicio, amenazan a las instituciones para forzarlas a tomar decisiones, reafirmando que en Brasil está en cuestión el Estado de Derecho”.

De gobierno a gobierno

“El gobierno no va a a emitir ningún comunicado por una decisión judicial que ha adoptado un sistema judicial de otro país. En todo caso la fuerza política, cada una de las fuerzas políticas, si lo estiman conveniente, lo harán” dijo el canciller Rodolfo Nin Novoa sobre la postura que mantendrá el gobierno sobre el tema, y recordó que no hubo pronunciamientos cuando fue detenido el vicepresidente de Ecuador, Jorge Glas, o el ex presidente de Perú, Ollanta Humala. En una conferencia de prensa en Paysandú, Nin Novoa aseguró que las relaciones con Brasil “están muy bien”, y aclaró: “Nosotros nos relacionamos con los países a través de los gobiernos”. “Con Brasil tenemos una muy buena relación; hay que decirlo, porque se ha generado el mito de que Uruguay tiene una relación fría con Brasil. No tiene ninguna relación fría. Nosotros entendemos cuál es la importancia del Brasil para Uruguay; es nuestro segundo socio comercial y a veces es el primero, según los meses, y por lo tanto, de ninguna manera podríamos cometer el suicidio de tener malas relaciones con un país hermano y con el que nos unen lazos históricos de integración desde hace muchísimos años”, aseguró.