La dirigente social y referente de la oposición en Río de Janeiro fue ejecutada de cuatro tiros en la cabeza horas después de denunciar el accionar de bandas parapoliciales en las favelas.
Las balas que usaron los asesinos de la concejal y dirigente social brasileña Marielle Franco y su chofer Anderson Gomes pertenecían a la Policía Federal, lo
que le agrega más fuerza a la hipótesis de que agentes de seguridad
estén detrás del ataque perpetrado el miércoles en Río de Janeiro.
>>> Luto y Lucha
Las balas que mataron a la concejala Marielle Franco eran de la Policía y las pericias confirman que se trató de una ejecución profesional
La munición que se disparó en Río de Janeiro contra la edila
del Partido Socialismo y Libertad Marielle Franco, que causó su muerte
el miércoles por la noche, tiene origen policial. El primer peritaje
sobre los casquillos que quedaron en el lugar reveló que las balas del
arma 9 milímetros que dispararon contra Franco formaban parte del lote
UZZ-18, que fue adquirido por la Policía Federal de Brasilia a la
empresa CBC en diciembre de 2006. Ese lote fue distribuido entre la
Policía Federal y Militar en varios estados.
Estas balas ya habían aparecido en otro episodio de violencia en 2015 en San Pablo. Se trató del asesinato de 17 personas en lo que se considera la mayor matanza de San Pablo, por la cual fueron condenados tres policías militares y un guardia civil.
En otro elemento analizado desde que se cometió el crimen, un policía que pidió que su nombre no fuera divulgado dijo al diario Folha de São Paulo que se considera que la ejecución fue hecha por un profesional. Explicó que una persona sin experiencia no podría haber disparado cuatro veces a Franco en la cabeza; lo habitual es que una persona que no está acostumbrada a utilizar un arma dispare una, o como mucho dos veces a la cabeza.
Además, la Policía investiga si fueron utilizados uno o dos autos en el ataque en el que además de la edila murió su conductor,Anderson Gomes. Se logró identificar la placa de un vehículo que participó en el ataque y que había estado detenido durante dos horas en la puerta del local del barrio bohemio de Lapa, en el que Franco había participado en un debate.
Todos estos elementos funcionan como indicios de algo que ya se preveía: que se trató de un atentado premeditado contra la vida de Franco, quien en vida denunció activamente casos de violencia policial en las favelas y se oponía firmemente a la intervención militar en Río de Janeiro ordenada por el presidente Michel Temer a mediados de febrero.
El jefe de la Policía Civil, Rivaldo Barbosa, quien era conocido de Franco y está a cargo de la investigación, indicó en un comunicado que en la investigación no se descarta “ninguna posibilidad sobre la motivación del crimen”. Barbosa se reunió ayer con el líder del Partido Socialismo y Libertad en Río de Janeiro, el diputado estadual Marcelo Freixo, con el objetivo de “reiterar el compromiso de la institución con la aclaración de la muerte de la edila” y reafirmar que adoptarán “todas las medidas posibles para que este caso sea solucionado a la mayor brevedad posible”.
Manifestación contra el asesinato de la edila y activista Marielle Franco en Río de Janeiro. Foto: Mauro Pimental, AFPEstas balas ya habían aparecido en otro episodio de violencia en 2015 en San Pablo. Se trató del asesinato de 17 personas en lo que se considera la mayor matanza de San Pablo, por la cual fueron condenados tres policías militares y un guardia civil.
En otro elemento analizado desde que se cometió el crimen, un policía que pidió que su nombre no fuera divulgado dijo al diario Folha de São Paulo que se considera que la ejecución fue hecha por un profesional. Explicó que una persona sin experiencia no podría haber disparado cuatro veces a Franco en la cabeza; lo habitual es que una persona que no está acostumbrada a utilizar un arma dispare una, o como mucho dos veces a la cabeza.
Además, la Policía investiga si fueron utilizados uno o dos autos en el ataque en el que además de la edila murió su conductor,Anderson Gomes. Se logró identificar la placa de un vehículo que participó en el ataque y que había estado detenido durante dos horas en la puerta del local del barrio bohemio de Lapa, en el que Franco había participado en un debate.
Todos estos elementos funcionan como indicios de algo que ya se preveía: que se trató de un atentado premeditado contra la vida de Franco, quien en vida denunció activamente casos de violencia policial en las favelas y se oponía firmemente a la intervención militar en Río de Janeiro ordenada por el presidente Michel Temer a mediados de febrero.
El jefe de la Policía Civil, Rivaldo Barbosa, quien era conocido de Franco y está a cargo de la investigación, indicó en un comunicado que en la investigación no se descarta “ninguna posibilidad sobre la motivación del crimen”. Barbosa se reunió ayer con el líder del Partido Socialismo y Libertad en Río de Janeiro, el diputado estadual Marcelo Freixo, con el objetivo de “reiterar el compromiso de la institución con la aclaración de la muerte de la edila” y reafirmar que adoptarán “todas las medidas posibles para que este caso sea solucionado a la mayor brevedad posible”.
>>> Indignación brasilera
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