sábado, 4 de abril de 2015

Brasil: Bajo un nubarrón de incertidumbres



Enviado por Jorge Zabalza 

Jair Krischke analiza la situación política
y social en Brasil


24 de marzo de 2015


Jair Krischke, presidente del Movimiento de Justicia y Derechos Humanos de Porto Alegre (MJDH), analizó, en entrevista con La Rel, la crisis política y social que está polarizando a su país y sus antecedentes y arriesgó un pronóstico poco alentador para el próximo período de gobierno.
“Existe un gran descontento social en este segundo mandato de la presidenta Dilma Rousseff con relación a las políticas socioeconómicas, pero sobre todo por los grandes escándalos de corrupción, siendo el más emblemático y reciente el que involucra a la petrolera estatal Petrobras”, comenzó diciendo Krischke.

Para el presidente del MJDH, antes de entrar a analizar el presente escenario de polarización que vive el país hay que retrotraerse a las grandes manifestaciones de 2013 por el Mundial de Fútbol, que le costó a las arcas públicas miles y miles de millones de dólares en la construcción y/o ajuste de los estadios para adaptarse a los estándares de la FIFA y que no tenían ningún tipo de prioridad para Brasil.

“Las movilizaciones fueron muchas y grandes, y también en ese momento los manifestantes protestaban contra la corrupción. Creo que lo que pasó fue que ni Dilma ni sus asesores supieron leer e interpretar el mensaje de la gente. Al no entenderlo, la respuesta fue una dura represión contra los manifestantes”.

Inmediatamente después llegó el proceso electoral, muy disputado y marcado por la aparición de Marina Silva como candidata a la Presidencia, luego de la trágica muerte de su compañero de fórmula, el presidenciable Eduardo Campos.

“Este episodio dio un giro de 180 grados al panorama electoral”, llevando al Partido Socialista (PSB), que apoyaba a Silva, “del tercer puesto en las encuestas al segundo en pocas semanas y generando por parte de la campaña electoral de Rousseff una respuesta de una violencia verbal que nunca antes había visto”.

Finalmente, Rousseff fue al balotaje contra Aécio Neves, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), y lo venció por una diferencia mínima, “pero la campaña fue de una agresividad tremenda y ello se terminó traduciendo en el malestar generalizado que hoy se vive”, señala Krischke.


Petrobras me duele
El escándalo de corrupción en el centro de la crisis

Jair continúa su análisis recordando “el saqueo que se ha descubierto en Petrobras, un desfalco cuyas cifras meten miedo”.

Creo que no he escuchado un caso de desvío que involucrase tanto dinero en la historia del país”, apunta.

Por otro lado la denominada operación Lava Jato*, llevada a cabo por la policía, puso al descubierto el desvío de dinero para las campañas electorales, lo que incrementó el clima de indignación generalizado.

Petrobras no es solo una compañía estatal más, es la compañía estatal por excelencia, es un símbolo nacional, un orgullo del pueblo. Entonces, cuando se descubre que la petrolera fue robada de una forma tremenda, es natural que los brasileños nos sintamos indignados”, clama Jair.

“Cuando yo era muy joven –cuenta– salíamos a protestar a las calles reivindicando la creación de la Petrobras bajo el lema ‘El petróleo es nuestro’.

En una de esas manifestaciones recibí un cachiporrazo en el cuello que hasta el día de hoy me duele cuando el clima está húmedo. Pero también me duele cada vez que se menciona la estafa en Petrobras, porque fui parte de los que lucharon por crear esta compañía”.
Las viudas de la dictadura
Una fracción ridícula

Consultado acerca de su opinión sobre algunos carteles que surgieron durante las jornadas de manifestación reivindicando el regreso de los militares, Jair expresó que son obra de pequeños grupos.

Es el caso de las denominadas “viudas de la dictadura”, que llevan pasacalles pidiendo el retorno a los tiempos de la dictadura y se paran estratégicamente frente a las cámaras de televisión para ser captadas.

“Se trata de algunos pocos idiotas que salen a reivindicar la dictadura y el regreso de los militares cuando ni siquiera ellos piensan en la hipótesis de un golpe, porque lo entienden como algo completamente condenable y rechazado por la comunidad internacional y las mayorías populares del país.

En Porto Alegre, la única persona que fue a la movilización con uno de esos carteles, una señora, fue retirada”.

Por otro lado –indicó el activista– hay grupos que salen a manifestar pidiendo la destitución de la presidenta (el impeachment), algo completamente absurdo por su inviabilidad jurídica, ya que Rousseff no está acusada directamente de nada y no hay sombra de comparación con el caso de Fernando Collor de Mello**.

“Lo lamentable de todo esto es que Dilma -a quien conozco-, si bien es una mujer muy seria, carece de vocación política.

Antes de ser presidenta nunca fue edil, ni diputada, y no tiene una formación política vinculada al Partido de los Trabajadores. Pertenecía al PDT de Leonel Brizola pero sin las convicciones ni la cintura de éste”, consideró Krischke.

Además, “tiene la contra de ser muy temperamental y está muy mal asesorada, no hace una lectura correcta de la realidad que está viviendo el país”.

A juicio de Jair, desde el primer gobierno de Lula da Silva, el PT no logró interpretar la lucha de clases.

“Fue un gobierno conciliador. Por un lado fue amigo de los banqueros, y por otro impulsó proyectos sociales para la clase más sumergida sin contemplar a la clase media, que fue completamente abandonada por el PT”, señaló.

“Esta es la clase que está molesta con el gobierno y es la que ha salido a las calles a manifestar contra la corrupción y contra el abandono que ha sufrido. En el medio hay un grupo de nostálgicos de la dictadura y otro desinformado pidiendo el impeachment”.

A ello se suma un declive de la actividad económica, una balanza comercial deficitaria y el incremento de la tasa de desempleo, que se hace notar más intensamente en los sectores del comercio y la construcción civil.

“En resumen, la situación es bastante compleja porque esto sucede escasos dos meses y medio después de asumir el nuevo gobierno”, observa el activista.

“Las cosas se están saliendo de control: hay ministros que renuncian, históricos dirigentes de base del PT, como el senador Paulo Paim, que están estudiando su salida del partido, la interna partidaria aparece llena de dificultades.

El panorama pinta poco alentador para Rousseff”, concluyó Jair.



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