jueves, 4 de septiembre de 2014

¿"Ni-ni" o sin-sin?




jueves 4 de setiembre de 2014 | N˚ 445
>> Por Jorge Zabalza

Los indicadores de la realidad 



Está de moda sostener que bajaron la pobreza y la indigencia en el Uruguay. Sin embargo, lo que bajaron son los indicadores de la pobreza y la indigencia. ¿Creen ustedes que un asalariado que cobre 16.000 pesos llega a fin de mes? ¿Es suficiente el pan que lleva la mesa de su familia? ¿Puede acceder a una “vivienda social” de 120.000 dólares? ¿Puede asegurar a sus hijos las condiciones para que reciban doce años de educación? ¿Puede ejercer su derecho a participar en actividades culturales? ¿Puede ir al Estadio Tróccoli a ver a Cerro? Los dieciséis mil pesistas están muy por encima de la mentada “línea de pobreza”, pero no por ello dejan de ser pobres.

Un par de semanas atrás el Espacio Interdisciplinario de la Universidad de la República demostró que, en la realidad, la pobreza infantil es el doble que lo indicado por el Instituto Nacional de Estadísticas. Desde la academia plantean que indicadores no indican la realidad sino que la tergiversan y ocultan. Creo recordar un par de artículos que VOCES tuvo la amabilidad de publicarme, donde intenté expresar exactamente lo mismo: la pobreza no se puede medir con los ingresos per cápita. Lo mismo le ocurre a quienes quieren explicar en base a indicadores la pobreza infantil, la deserción escolar y liceal, los “ni-ni”, la agresividad y la violencia en los jóvenes, el desinterés por la política, etc. etc.

Es entendible que al gobierno, los parlamentarios, la prensa y el Frente Amplio los asuste la realidad (que antaño pretendieron transformar) en general y se aferren a los indicadores para armar el verso demagógico con el cual juntan votos a lo bobo y cosechan aplausos en Europa y Washington. Ocultan cuidadosamente la almendra del asunto: ¿cómo se distribuye la torta que producen la soja, la forestación, la ganadería, el arroz, etc., etc.? ¿Cuánto se llevan los dueños del capital, los extranjeros y los criollos? ¿Cuánto va al pago de los servicios de la Deuda Externa? ¿Cuánto se lleva el presupuesto policíaco militar? y... ¿cuál es el monto de las migajas que van al salario, las remuneraciones no salariales y las pasividades?

Como la realidad es espantosa, no hablan de economía política en la campaña electoral: ¡ninguno de los cuatro candidatos que encabezan la tabla de posiciones! Son los operadores electorales de las corporaciones que exigen salarios bajos para aumentar la rentabilidad de sus inversiones y por eso la mitad de los trabajadores uruguayos gana menos de 16.000 pesos. Son los operadores electorales del modelo capitalista que produce pobreza, marginación y exclusión a granel. Utilizan los indicadores para darle una pátina de “cientificidad” a sus versos demagógicos. Los feligreses creen que los versos son la palabra revelada hasta que un día, como ocurre con los “ni-ni”, la realidad les explota directamente en la cara.

Por eso no los voto, porque me niego a que otra vez me agarren de gil.

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