martes, 21 de mayo de 2013

Línea oficialista pierde mayoría en ADES

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Crecen grupos de tendencia radical en varios sindicatos .
La agrupación que aglutina a los sectores frenteamplistas en el sindicato de profesores de Montevideo (ADES), perdió uno de los cuatro cargos que tenía en la dirección. Dentro de la corriente oficialista, identificada con la lista 231.163, está en manos de dirigentes afiliados al partido Comunista (PCU).
De esta manera se consolidan las tendencias radicales que se presentaron en las elecciones con las listas 17 (que mantiene 2 cargos) y 1° de mayo (que gana el lugar que perdió el oficialismo y queda con 2 escaños).
Es la primera vez desde 1999 que los radicales controlan la mayoría de ADES Montevideo, el sindicato departamental que tiene más del 50% de los afiliados a la Federación Nacional de Profesores (Fenapes).
A pesar de estar controlado por elementos oficialistas en los últimos años ADES ha presentado una dura batalla al gobierno. En 2012 su comisión directiva realizó una huelga de hambre que fue acompañada por otras medidas. En años anteriores todo el sindicato realizó decenas de paros y movilizaciones.
ADES Montevideo tiene unos 3.000 afiliados en un contexto de 8.000 profesores de Secundaria que dan clases en la capital.
Distintos dirigentes radicales de ADES Montevideo mencionaron a El País que el resultado de la elección "no es un triunfo" pero "muestra el sentir de los profesores".
Los radicales, que no forman parte de la estructura del Frente Amplio, están en un proceso de crecimiento en distintos sindicatos que hasta el momento estaban en manos de los comunistas.
El caso más conocido es el de Adeom Montevideo donde los radicales arrollaron a la lista de los comunistas en las elecciones sindicales.
Una vez terminado el escrutinio se incrementaron tres conflictos con la administración departamental dirigida por la comunista Ana Olivera.
El otro sindicato en que los radicales crecieron es el del Casmu donde dejaron atrás a la agrupación de los comunistas. Por otro lado, en el sindicato bancario (AEBU) los radicales mantuvieron la misma cantidad de cargos tras haberse fracturado semanas antes de las elecciones.
Paro. El próximo jueves 23 de mayo el Pit-Cnt realizará un paro general parcial que culminará con una movilización en 18 de julio y Ejido. La medida será asumida por todos los sindicatos de la central en el horario de 9 a 13 con retorno a los puestos de trabajo.
Ese día los sindicatos de la educación pública realizarán un paro de 24 horas en todo el país en reclamo de incrementos salariales en el marco de la Rendición de Cuentas. El sindicato de la educación privada resolvió sumarse al paro.
Mientras tanto, se mantienen varias mesas abiertas en los Consejos de Salarios. Una de ellas es la del sector del Supergás que viene negociando desde el mes de diciembre.
El dirigente Raúl Ferrando de la Federación de Comercio (Fuecys) dijo que el Ministerio de Trabajo (MTSS) anunció que laudará si el viernes 24 no se alcanza un acuerdo salarial.
Ferrando consignó que de producirse el incremento por decreto "podría haber dificultades" por parte del sindicato.
Si bien con la caída en las temperaturas se han producido faltantes en el stock de supergás, el dirigente descartó que se hayan tomado medidas por parte del sindicato.



 Es la primera vez desde 1999 que los radicales controlan la mayoría de ADES Montevideo, que tiene el 50% de los afiliados a FENAPES

 Elecciones sindicales: el oficialismo no paga

La línea antisindical del gobierno sigue recogiendo sus frutos amargos para el oficialismo. Los trabajadores reaccionan ante lo que han sido las posturas agresivas de Mujica y la cerrada "muralla" gubernamental que ha hecho una cuestión de prestigio el "no aflojar", al mejor estilo de las patronales bravas del pasado (y del presente también). Se puede especular sobre las razones de tal línea suicida."Idealismo",bobera de creerse las promesas de un Mujica candidato de la coalición que luego se transformó en el qué decidía la línea de acuerdo a lo que el mismo ha dicho "la gente me voto a mí", oportunismo para conseguir cargos, creencia de que las "cosas iban a ir bien" y que estando se recogerían votos y un amplio abanico de razones o motivos que vienen llevando al fracaso sindical de orientaciones oficialistas y peor aún duales como lo es la proclama de independencia de clase para después representar las orientaciones gubernamentales. 


Una razón de peso a este proceso puede encontrarse en que en las reuniones cupulares en las que se mueven sindicatos y gremios tal como si fuesen fichas, el gobierno y la cúpula oficialista consideran que "tienen" a ciertos sindicatos o sectores porque tales o cuales dirigentes son oficialistas y obsecuentes con el gobierno y que por lo tanto esas cúpulas sindicales "bajarán la línea" oficialista al gremio así éste no pone "palos en la rueda". Es decir que convencen, o deciden en lugar del gremio, el no poner como objetivo primordial del sindicato el reclamo laboral sino que se adscriben a la postura de colocar a éstos en segundo lugar ya que el primero es según el oficialismo el "desarrollo" (orientación neoliberal que ha arruinado muchos países que siguen - como Uruguay - los dictados del FMI) hipotecando sus reivindicaciones en aras de un prometido "país de primera" por el cual deben de sacrificar sus despectivamente llamados "intereses corporativos".


Creen que porque ganan una asamblea o logran mayoría en una elección sindical, ya pueden considerar al gremio como "asegurado" y sacrificado peón del proyecto absurda y maliciosamente llamado del "capitalismo decente". Cuando emergen resultados adversos el oficialismo no logra convencerse de que su orientación ataca a los intereses de los trabajadores y en cambio los acusa de egoísmo, o - peor aún - una suerte de perverso sabotaje en aras de "hacerle el juego a la derecha", es decir que las motivaciones de los trabajadores no son genuinas, sino que "hay algo más", "algo detrás" como han dicho desde el gobierno, un "algo" que siempre - vaya a saberse porqué - termina coaligando a los trabajadores con sus enemigos de clase y por lo tanto con la derecha. 


Es una visión cupular, conspirativa y naturalmente burocrática que sencillamente no acepta lo simple y concreto de la realidad. La realidad que dice que los sueldos y salarios no alcanzan, no cubren la canasta familiar, que la inflación se va comiendo trozo a trozo los irrisorios aumentos, y la gente pues no acepta esa situación y se moviliza reclamando lo justo. Como ese sencilla realidad no está incluída en los documentos, análisis y "proyecciones" de la burocracia amurallada y disponente desde su torre de marfil, deben de recurrir a la fantasía y a la caza de fantasmas. A perseguir conspiraciones y conspiradores de la misma manera que Huidobro anda de cacería atrás del "duende" en el Consejo de Ministros. Por lo tanto se instaura la desconfianza de las cúpulas con el "abajo que se mueve" y ya queda el escenario completo. De ahí a los insultos y denuestos presidenciales, a las balas de goma y carros blindados, hay un paso, alcanza con que un reclamo gremial mil veces presentado y tantas otras ninguneado se efectivize en una acción sindical concreta para que la chispa encienda el malhumor real o teatrero, poco importa, de un Presidente que pretende doblegar a los sindicatos, a los no oficialistas en primer lugar.

Así se han dado las cosas, y de tal manera cualquier analista serio no puede dejar de ver que el desenlace sería el que se está viviendo: el oficialismo viene siendo derrotado en los sindicatos y se va imponiendo una línea de clase, que inmediatamente es sepultada bajo la conocida lluvia de epítetos, que "radical" que "ponedora de palos en la rueda", que "ultra", que pretende "voltear al gobierno", que quiere "traer a Hitler" y una larga lista con la que el antisindical Mujica se ha ido descargando contra los que no se "amoldan", es decir los que no aceptan que la carga fundamental de los delirantes planes gubernamentales se descargue sobre las espaldas de los trabajadores.

El MPP que ha hecho gala de su prepotencia de aparato oficialista "somos los que más votos tenemos" se derrumba. En parte porque los trabajadores han perdido la paciencia y ya no los conforman los consejos supuestamente filosóficos de un presidente que se ocupa de "los grandes problemas" y deja "las minucias" de lado, y en parte porque han probado al MPP en varios sindicatos comprobándose que cuando llega el momento de elegir el MPP invariablemente opta por el gobierno y el oficialismo y deja para después los reclamos del gremio. Ahora están empezando a verse los resultados: el voto castigo y la elección de los denostados "ultras" para ver si pueden confiar en ellos para llevar adelante sus reclamos. Sin temor a equivocarnos podemos constatar que ha comenzado el declive el MPP en el terreno sindical y que ya no lo recuperará al menos mientras sigan siendo los más empecinados oficialistas en los sindicatos. Las bases los comienzan a ver como un apéndice del gobierno en los gremios, los que en vez de transmitir "hacia arriba" los reclamos de los trabajadores transmiten "hacia abajo" la intransigente línea del gobierno.

Otro que va a pagar un alto precio (y ya lo está pagando) es el PC por el dualismo que manifiesta por un lado proclamando la "independencia de clase" y por el otro sometiéndose o llevando adelante la política del oficialismo la qué en los hechos choca y está en contradicción con los reclamos concretos de los trabajadores. Mala cosa los cargos en un gobierno cuya orientación es neoliberal de acuerdo a los dictados del FMI y simultaneamente pretender aplicar la independencia de clase ya que esta última significa partir de la base de que hay clases, de que hay explotados, y de que estos deben tener sus propios objetivos de clase, que naturalmente no son los mismos que los de un gobierno que ha optado por administrar el aparato de estado burgués de manera más eficiente - según su peregrina creencia - que los propios burgueses y sus partidos. El ejemplo más claro está en el caso de la Intendencia de Montevideo y la derrota en ADEOM a manos del clasismo. Esta situación ha llevado a que la dualidad de la línea sindical del PC se rompa, no se puede estar en ambos lados de la mesa, o detrás y enfrente de la barricada. Y todo por un cargo, la Intendencia por ejemplo, para poder demostrar la eficiencia y de esa manera, ilusoriamente, creerse de que se recogerían mas votos partidarios y más cargos por lo tanto. Independencia de clase ante este gobierno es no tener compromisos orgánicos con el mismo y menos aún ser voceros de sus orientaciones hacia los trabajadores. El oficialismo no paga.

Colectivo del Blog Noticias Uruguayas 


 Hay que estar y convocar



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