miércoles, 20 de febrero de 2013

Yo estuve

Policía se esconde tras la cámara sacando fotos en la SCJ para la ficha

   “¿Estuviste?” 

Campaña para asumir y justificar por qué cada uno fue el viernes a la scj durante el acto de traslado de Mariana Mota.  .

A iniciativa de varias personas movilizadas por el traslado de Mota y lo sucedido el viernes en la sede de la SCJ, que derivó en una denuncia penal por “ocupación” por parte de los ministros de la Corte, se puso en marcha ayer una plataforma para que todos aquellos que asistieron, y quieran hacerlo, asuman públicamente su presencia en el lugar en rechazo a la medida y en respaldo a la magistrada. La propuesta es que cada uno fundamente por qué decidió concurrir. Para sumarse está disponible el correo yoestuve@adinet.com.uy y el blog http://yoestuveenlascj.blogspot.com/. Entre los impulsores de la convocatoria se encuentran grupos y activistas en defensa de los derechos humanos, entre ellos Carlos Casares, Soledad González, Sara Méndez e Ivonne Trías, que fue la primera que bajo la consigna común “Yo estuve” explicó sus razones:
“Estuve en la sede de la Suprema Corte de Justicia (SCJ) el viernes 15 a las 10 de la mañana y me quedé hasta que la jueza Mariana Mota se fue por la calle Soriano, caminando con su familia.
”Estuve allí porque la justa convocatoria se deslizó por una pista aceitada de indignación: la gravísima señal de la SCJ hacia la totalidad de las luchas contra la impunidad. Y la indignación es una señora emoción, de esas que hacen caminar a las reflexiones, las sostienen y si es necesario las empujan.
”Estuve porque el traslado de Mota a la órbita civil es una forma sumaria de desamparar una vez más las causas en las que ella había acumulado el estudio y el trabajo de muchos años. Es inaceptable disfrazar de inocencia un acto de poder como ese y pretender naturalizarlo con tal hipocresía: ‘¡Felicitaciones, señora jueza, es usted la ganadora de un traslado!’.
”Porque la campaña contra la jueza Mota ofende doblemente, por injusta y por obvia. ¿Por qué las declaraciones públicas del ministro de la SCJ Jorge Chediak (respaldado por el también ministro Daniel Gutiérrez) reclamando mayores penas para “los menores”, así como sus críticas a la lentitud, insuficiencia y benevolencia del Código de la Niñez y la Adolescencia son válidas y las declaraciones de Mota sobre la lentitud y falta de políticas hacia los crímenes de lesa humanidad no lo son?
”Estuve allí porque desde hace muchos años, demasiados, estamos investigando por nuestra cuenta -como víctimas, como familiares, como ciudadanos- crímenes que deberían ser investigados por la Justicia. Ni durante ni después de la dictadura el Estado investigó nada. Y cuando aparecen, como flores en el mar, magistrados que asumen esta responsabilidad se los desprestigia, se los ataca y se los aparta de sus funciones. Y eso no es en aras de mejor servicio: eso es un bloqueo político inaceptable.
”Estuve porque cada vez me resulta más burdo el espanto social ante la nueva marginalización urbana (la que ya no es producto de la pobreza sino de la desigualdad) y el reclamo de penalización severa a los delitos que de allí provengan mientras se perdona, por acción u omisión, a criminales de Estado y a privados poderosos.
”Porque entiendo que la solidaridad debe ser ante todo práctica. Solidaridad con Mariana Mota y esfuerzo de actuar juntos cuando todo alrededor estimula la fragmentación y la quejumbre.
“Estuve porque sé que gestos como este de la SCJ son una fuente poderosa de descorazonamiento, de desresponsabilización de todos en todo. No quiero vivir en una sociedad así y sobre todo no quiero una sociedad así para nuestros hijos”.


 Mandar adhesiones a este mail yoestuve@adinet.com.uy






Yo estuve

Estuve en la sede de la Suprema Corte de Justicia (SCJ) el viernes 15 a las 10 de la mañana y me quedé hasta que la jueza Mariana Mota se fue por la calle Soriano, caminando con su familia.

Estuve allí porque la justa convocatoria se deslizó por una pista aceitada de indignación: la gravísima señal de la SCJ hacia la totalidad de las luchas contra la impunidad. Y la indignación es una señora emoción, de esas que hacen caminar a las reflexiones, las sostienen y si es necesario las empujan.

Estuve porque el traslado de Mota a la órbita civil es una forma sumaria de desamparar una vez más las causas en las que ella había acumulado el estudio y el trabajo de muchos años. Es inaceptable disfrazar de inocencia un acto de poder como ese y pretender naturalizarlo con tal hipocresía: «¡Felicitaciones señora jueza, es usted la ganadora de un traslado!».

Porque la campaña contra la jueza Mota ofende doblemente, por injusta y por obvia. ¿Por qué las declaraciones públicas del ministro de la SCJ Jorge Chediak (respaldado por el también ministro Daniel Gutiérrez) reclamando mayores penas para «los menores» así como sus críticas a la lentitud, insuficiencia y benevolencia del Código de la Niñez y la Adolescencia son válidas y las declaraciones de Mota sobre la lentitud y falta de políticas hacia los crímenes de lesa humanidad no lo son?

Estuve allí porque desde hace muchos años, demasiados, estamos investigando por nuestra cuenta –como víctimas, como familiares, como ciudadanos– crímenes que deberían ser investigados por la Justicia. Ni durante ni después de la dictadura el Estado investigó nada. Y cuando aparecen, como flores en el mar, magistrados que asumen esta responsabilidad se los desprestigia, se los ataca y se los aparta de sus funciones. Y eso no es en aras de mejor servicio: eso es un bloqueo político inaceptable.

Estuve porque cada vez me resulta más burdo el espanto social ante la nueva marginalización urbana (la que ya no es producto de la pobreza sino de la desigualdad) y el reclamo de penalización severa a los delitos que de allí provengan mientras se perdona, por acción u omisión, a criminales de Estado y a privados poderosos.

Porque entiendo que la solidaridad debe ser ante todo práctica. Solidaridad con Mariana Mota y esfuerzo de actuar juntos cuando todo alrededor estimula la fragmentación y la quejumbre.

Estuve porque sé que gestos como este de la SCJ son una fuente poderosa de descorazonamiento, de desrresponsabilización de todos en todo. No quiero vivir en una sociedad así y sobre todo no quiero una sociedad así para nuestros hijos.

Ivonne Trías


 Sí, estuve. Y sigo estando. 

Mi maestro Darcy Ribeiro, que estuvo exiliado en Montevideo, entre muchas otras cosas me enseñó que hay que elegir entre los indignos y los indignados. 
Yo estuve, y seguiré estando, codo a codo con todos los uruguayos que no han perdido su capacidad de indignación.

Estuve porque no creo que la indignidad sea nuestro inevitable destino. 
Estuve, y seguiré estando, para acompañar a quienes nos recuerdan cada día que no estamos condenados a resignarnos ante la impunidad de los criminales que se visten de civil sólo porque estamos en carnaval. 

Estuve para estar, como estuvimos todos los que estuvimos, junto a Mariana Mota, la jueza cuya valentía es la sal de la tierra nuestra.

Eduardo Galeano
 Yo estuve porque no quiero más dilatorias, no quiero más manoseo, quiero justicia.

Estuve porque los años pasan y las arbitrariedades no. Porque apoyo a la jueza Mariana Motta en su accionar y en sus reclamos frente a la piedras que han puesto en el camino de la investigación de casos de lesa humanidad.
Y porque tenemos el derecho de decir que así no se hace justicia.

María Alejandra Bonet



                                     

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No estuve pero estoy. Me solidarizo con la Jueza Mariana Mota y también con todos aquellos que se hicieron presentes para manifestar pacificamente su apoyo ante la Suprema Corte de Justicia y nos representaron a los muchos que no pudimos estar allí.

Javier Zeballos
CI: 1.842.961-4

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Yo también estuve en la SCJ y estaré en el Palacio legislativo cuando se dignen a dar las explicaciones que no existen!

silvana pissano
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Llevaba unas chinelas porque fui a una concentración pacífica. ¡Qué lindo tanta gente autoconvocada en tan poco tiempo! Sentía la necesidad de rechazar la arbitraria  decisión política de la Corte al remover a la jueza Mariana Mota para trabar las causas radicadas en su juzgado. El Juzgado Penal de la Dra. Mota estaba siendo de hecho ese juzgado especializado en  delitos de lesa humanidad que reclaman las organizaciones de familiares y los movimientos sociales. Al borrar de un plumazo lo que venía funcionando correctamente, el mensaje de los ministros de la Corte no era inocente, apuntaba al desalentar a los que luchan por Verdad y Justicia y a reanimar los que defienden la impunidad de los crímenes de lesa humanidad. Uno no puede permanecer indiferente ante tamaño despropósito y tiene derecho a indignarse con ese grupo de jueces que vulneran las aspiraciones de amplios sectores de pueblo. Frente a la manifestación pacífica los ministros de la Corte tenían varias opciones para cumplir sus funciones sin otras consecuencias que oír algunos cánticos y consignas. Podían haberlo hecho, pero fruto de su alma reaccionaria  eligieron la intervención de los grupos de choque que el Ministro Bonomi envió  prestamente. Lógicamente la policía sólo sabe actuar reprimiendo y lógicamente la decisión de la Corte terminó en forcejeos y empujones. ¿Alguien puede decirme cómo se emplaza a la Corte para rinda cuenta de las consecuencias de su decisión? 
¡Arriba los que luchan!
Jorge Zabalza     


YO ESTUVE, junto con decenas de uruguayos, indignados, violentados, ante un acto de injusticia, esta vez producto de una decisión de la Suprema Corte de Justicia de nuestro país. Porque aún tenemos la reacción sana de protestar, de gritar a pesar que vivimos años de dictadura, a pesar de la impunidad instalada durante décadas, con la complicidad de cíviles y militares. Porque no quiero una justicia obsecuente con el poder político, que se ha escudado hasta ahora en una ley, claramente inconstitucional, que interfería en su función de investigar y castigar y no demandó contra ello. Porque el traslado de la jueza Mota, es una triquiñuela reiterada, ejemplarizante, para el logro de la homogeneidad, que expulsa, aísla, a los que son capaces de enfrentar los códigos no escritos, pero conocidos por los funcionarios judiciales. Porque estamos cansados de esperar durante décadas y los muertos cada día nos pesan más. Por eso YO ESTUVE.
Sara Méndez


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El 13 de febrero del 2013 amanecí con la triste noticia que la Jueza Mariana Mota sería trasladada. Conozco muy bien a la Sra. Mota, tenía el expediente de la causa por homicidio político de mi padre, luego que fuera archivado en otro juzgado en dos oportunidades a pesar que el SCJ de entonces, había sentenciado que el caso estaba excluido de la Ley de Caducidad.

Me tomó con sorpresa, a pesar de que tengo bien claro que se está obstaculizando toda investigación sobre los derechos humanos violados en dictadura. Tanto así, que el juzgado había mandado a pedir, al Ministerio de Defensa Nacional, los expedientes de los militares del km. 14 de Camino Maldonado que estaban en el momento que mi padre fallece, y nunca fueron enviados (como en tantos otros casos).

El traslado de la jueza, implica otro duro golpe a los derechos humanos, implica que las causas se posterguen en el tiempo, implica que los criminales y sus cómplices vayan envejeciendo y muriendo, pero también nuestras viejas… Implica que el período de tiempo para que los crímenes de lesa humanidad sean juzgados, se vaya acortando. En definitiva… es uno de sus propósitos.

También estuve el 15 de febrero en la puerta de la SCJ apoyando a la Jueza, codo a codo con todas las personas que estaban ahí, porque no hay justificación posible para tal acto de impunidad y debíamos unirnos ante semejante golpe.
Estuve como uruguaya, como demócrata, como denunciante, como víctima, como hija…
Estuve porque a pesar de todo creo en la justicia, no en ésta, sino en la verdadera.
Estuve con el ama desgarrada, con dolor, impotencia, decepción e indignación.
Estuve sin odio, porque no soy igual que ellos, los criminales, soy superior.
No quiero venganza, porque ella no me devolvería nada, pero exijo Verdad y Justicia en el más amplio sentido de la palabra.
Estuve, porque el amor por el prójimo, por el más débil, por el que sufre y sobre todo por mi padre, me lleva a estar presente ante cada acto de injusticia.

Estuve para gritar en cuerpo y alma que no voy a permitir que otra vez sean pisoteados mis derechos, nuestros derechos. Estoy y estaré siempre contra los atropellos y contra la impunidad, que está agazapada esperando relucirse ante tanta arbitrariedad.

¿Cómo pueden los jueces, fiscales y abogados hacer su trabajo con ética y responsabilidad ante la presión, persecución, hostigamiento y acoso ejercido por Ministros de la SCJ y determinados integrantes del Poder Ejecutivo?
¿Cómo podemos cerrar el pasado y avanzar hacia adelante, cuando no se respeta lo más esencial?
¿Cómo estaremos seguros de transitar en democracia, cuando ésta debería ir fuertemente tomada de la mano de la justicia?

Verdad, Justicia, Juicio y Castigo por los desaparecidos, los asesinados, los torturados, los exiliados y los que debieron esconderse e inventar otra vida por pensar distinto.
Pido por todas las familias destrozadas, generación tras generación, por todos ellos, por todos nosotros, por nuestros hijos y los que vendrán.

En un país donde la libertad se obtuvo a sangre y fuego, dejando una estela de horror y la vida de muchos uruguayos por el camino, hoy, la misma “Justicia” obstruye los senderos para llegar a ella. Cómplices de otros que hicieron pactos y acuerdos en el pasado  y hoy traicionan a sus propios “compañeros”.

Quiero un Uruguay mejor para  todos. Sé muy bien diferenciar los problemas sociales y económicos de cada gobierno nacional. Jamás voy a apoyar a la derecha que nos llevaró a la más profunda miseria en estos sentidos. Creo tener un pensamiento socialista, pero soy totalmente crítica y lo digo. No voy a apoyar a ningún político, ni sector, ni gobierno, que no respete nuestro derecho a defender la Verdad y la Justicia, porque este derecho, entre otros, es fundamental para que “ese Uruguay” sea posible.
Marys Yic – 21/2/13


Porque luego del sabotaje que hicieron los sectores políticos a la segunda campaña por la anulación de la Ley de Caducidad, el desparpajo que tuvo el Presidente y el Vicepresidente al ir a indicarle al Parlamento lo que tenía que hacer con la Ley Interpretativa, después que los milicos encapuchados le mandaron a Mujica un video que sólo él vio. ¿Qué decía? ¿Por qué no lo mostraron?
Porque el 1 de noviembre de 2011, 28 compañeras ex presas políticas de la dictadura, denunciaron en Canal 12, en el Programa Esta boca es mía, conducido por la periodista Victoria Rodríguez, que todas la mujeres que pasaron por los cuarteles fueron violadas sexualmente, entre ellas niñas de trece años de Treinta y Tres (!!!!) por los Oficiales y la tropa. Porque no se les movió un pelo a todos los políticos ante semejante denuncia.
Porque el 22 de noviembre de 2012  se realizó en la Facultad de Ciencias Sociales la jornada "A 25 años de la Ley de Caducidad Momentos, actores y argumentos de un tema inconcluso". En ella participó Oscar Urtasún integrante de la organización Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos, quien luego de la lectura de un documento de Familiares, respondiendo a una pregunta de si Familiares había participado en algún Pacto expresó: “[…] El único pacto que se le propone a familiares, fue en el gobierno de Tabaré Vázquez… ‘Bueno, Uds. Proponen todo o nada, y eso ha fallado. Vamos a meter en cana a siete u ocho milicos y ya queda todo solucionado, porque sino esto no conduce a nada’”. (Versión grabada del Encuentro). 
Porque la impunidad también se encuentra en los cajones de los parlamentarios, allí están los documentos que prueban los ilícitos económicos de la dictadura. Allí están los documentos que prueban el robo por parte de los militares de 400 millones de dólares en la Represa de Palmar. Duermen en los cajones de diputados y senadores ¿por qué ningún parlamentario ha dicho nada?
Porque estamos asistiendo al desgate de la democracia representativa, donde los poderes no se respetan a sí mismo, donde el Poder Ejecutivo le ordena al Poder Judicial y el Legislativo le pide cuentas. ¿Dónde está el principio de separación de poderes, tan pregonado por los políticos.
Por eso apoyé a Mariana Mota, porque se atrevió con el expediente de Ronald Scarcela (tupamaro asesinado en democracia y nunca aclarado). Arremetió contra 50 causas de violaciones a los derechos humanos y también la emprendió “con lo que había” en el avión que “cayó” en el Río de la Plata.
Por todo eso fui a la Suprema Corte de Justicia y junto con los jóvenes no retiramos cuando lo hizo la jueza Mariana Mota. Donde esté esta digna magistrada podemos pensar que hace todo lo posible para que se administre justicia, en un Uruguay donde desgraciadamente campea la Impunidad.
Por eso estuve y como dijo un viejo compañero: VOLVERÍA A HACERLO.
Manuel Marx Menéndez (Marxito)
CI: 1.217.845-3
Ver todas las adhesiones: 
http://yoestuveenlascj.blogspot.com

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COMUNICADO DE IELSUR
SOBRE TRASLADO DE MOTA

Ante el traslado de la Sra. Jueza Mariana Mota resuelto por la Suprema Corte de Justicia IELSUR señala:
1.- Los Tribunales de Justicia son el espacio institucional fundamental para la protección y garantía de los derechos establecidos en la Constitución y las leyes, así como en el derecho internacional de los derechos humanos a través de los instrumentos ratificados por el Estado, de manera que existe una  relación directa entre la solidez del sistema de justicia y la calidad de la democracia.
2.- Un Estado protector y promotor de los derechos humanos requiere por tanto de un Poder Judicial eficiente y dotado de los máximos recursos disponibles. Recursos económicos pero también recursos humanos que aseguren que aquellos funcionarios encargados de dictar justicia posean la máxima capacitación y puedan ejercer sus cargos con el máximo de independencia política y técnica. Para ello, la Justicia debe ser independiente con respecto a los demás Poderes del Estado, pero debe también poseer internamente la capacidad de generar la independencia técnica de los magistrados y que esta coadyuve a la obtención de la máxima calidad posible en la jurisprudencia.
3.- En este sentido, decisiones poco transparentes o no debidamente fundamentadas en lo referido a los ascensos, traslados y sanciones de los jueces pueden significar una amenaza contra la autonomía técnica y moral de los jueces.
4.- Para evitarlo, es deseable entonces que las potestades constitucionales que posee hoy la Suprema Corte de Justicia estén acompañadas por procedimientos legales que otorguen cristalinidad a las decisiones referidas a la carrera judicial para que así la ciudadanía pueda controlar el debido funcionamiento del Poder Judicial, obligue a la rendición de cuentas por parte de sus autoridades y así se garantice el acceso de los mejores jueces a las altas magistraturas del sistema.
5.- Polémicas desatadas como la sucedida por la decisión del traslado de la Dra. Mariana Mota podrían haberse evitado de existir procedimientos dotados de una mayor transparencia y garantías tanto para quien está implicado directamente como para las partes involucradas en los juicios que se están sustanciando bajo su competencia.
6.- El régimen actual de los traslados no cuenta con otra regulación legal que lo dispuesto en el art. 96 de la Ley Orgánica de la Judicatura y Organización de los Tribunales (Ley 15.750), que establece que la Suprema Corte establecerá el orden de los traslados. De esta forma, los criterios empleados son de orden pragmático y su falta de debida fundamentación y transparencia propicia la sospecha de un sistema de ascensos o sanciones encubierto, o lo que es peor aún, la sospecha de concesiones otorgadas por presiones políticas o corporativas de distinto cuño.
Por tanto, IELSUR entiende indispensable abrir un gran debate sobre qué Poder Judicial el país necesita y cómo asegurar que quienes desempeñen la función publica de dictar Justicia estén mejor preparados para ello y puedan cumplir su función con las máximas garantías de imparcialidad e independencia incluyendo las reformas constitucionales y legales que sean necesarias. Estas, además de reafirmar el derecho humano a una judicatura independiente, deberán propiciar la existencia de un procedimiento garantista que establezca criterios objetivos e imparciales para la selección, ascensos y traslados de jueces y proteja la carrera judicial sobre la base de las aptitudes éticas y profesionales, la especialización y la inamovilidad e incorporando el control ciudadano sobre los fundamentos de este tipo de decisiones.

Montevideo 18 de febrero 2013

Los ánimos exaltados que despierta la jueza Mota 
La manifestación en apoyo a la jueza ingresó a la sede judicial y fue desalojada por la Policía 


 Daniel Viglietti, Eduardo Galeano y Jorge Zabalza llegaron hasta las puertas del palacio Piria, sede de la Suprema Corte de Justicia (SCJ), para solidarizarse con la jueza Mariana Mota y expresar su repudio a los ministros de la SCJ, quienes determinaron el traslado de la magistrada de un juzgado penal, donde trabajaba en más de 50 causas vinculadas a derechos humanos, a uno civil.




Era la hora 10.20 cuando unas 300 personas comenzaron a aplaudir. (Observa se comió un "0")  El aplauso incesante era acompañado por pancartas y cánticos. “Huidobro mafioso”, decía una cartelera en referencia al enfrentamiento entre la jueza y el ministro de Defensa Nacional, Eleuterio Fernández Huidobro. “Se va a acabar, se va acabar la impunidad del Uruguay”, coreaban los presentes, entre quienes habían integrantes del PIT-CNT, Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos, Hijos Uruguay, la Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay (FEUU) y Crysol. Estaban además el diputado frenteamplista Luis Puig  y varios abogados y fiscales. Más allá de matices en la forma de manifestarse, los presentes coincidían en algo: el traslado de Mota impide que se sigan esclareciendo las violaciones a los derechos humanos durante la dictadura.



A la hora 10.40 llegó la jueza, acompañada por su esposo y sus tres hijos. La ovación retumbó en plaza Libertad y varios se abalanzaron para saludarla. La fiscal Ana María Tellechea –representante del Ministerio Público en la mayoría de las causas que tramita Mota– se le prendió con todas sus fuerzas y soltó más de una lágrima. Mota tampoco pudo contener la emoción. Tras sus pasos, los manifestantes ingresaron al palacio. “Mariana, amiga, el pueblo está contigo”, coreaban.

El salón donde además de Mota jurarían otros 14 jueces se convirtió pronto en una trinchera de reclamos frontales. “Que se vayan”, era el grito dirigido a los ministros de la SCJ, que permanecían en una sala contigua.

A la hija menor de Mota, Eugenia, de 13 años, no le gustaban muchos los cantos. Estaba asustada, abrazada a su padre en el salón de juramento. Manuel, el varón de 14 años, sonreía. Y Sara, de 15, estaba un poco disgustada. “Me da cosa por la gente, por esta gente”, comentó a El Observador.

Su madre, mientras, era asediada por la prensa y simpatizantes, pero hablaba poco. “Nunca tuve sumarios”, aclaró.

Entre abrazos y forcejeos para ingresar a la pequeña sala de juramentos, uno de los manifestantes comenzó a cantar: “Mariana presidente”. “¿Me estás jodiendo?”, bromeó Manuel. La confusión de los hijos de Mota era compartida por los funcionarios del Poder Judicial que, sobre la hora 11.15, concluyeron que en esas condiciones no se podía realizar el acto público. El rumor de que el juramento no se realizaría si los revoltosos no desalojaban la sala recorrió el palacio. “¿Qué querés que hagamos?”, le preguntó un manifestante a Mota. “No sé, yo no organizo esto”, respondió la jueza.

Primera avanzada policial
A los pocos minutos, ingresaron al hall seis integrantes del Grupo Especial de Patrullaje Preventivo (GEPP) a cargo del oficial Miguel Iraola dispuestos a desalojarlo. De los cánticos agraviantes pasaron a los empujones mutuos. El exjugador de Nacional Diego Jaume, cuyo padre fue torturado en Boiso Lanza, se puso a la vanguardia de la resistencia. La puerta al salón de actos se llenó de manotazos y gritos, hasta que Iraola ordenó que la fuerza se retirara.

El oficial se reunió entonces en una sala contigua al hall con el vocero de la SCJ, Raúl Oxandabarat, y los dirigentes sindicales Gustavo Signorele y Edgardo Oyenard. “Tenemos que desalojar”, les dijo Iraola. “¿Por orden de quién?”, preguntó Signorele. “De (la jueza penal de turno, Gabriela) Merialdo”, respondió el oficial. Signorele comenzó a insultar a los cuatro vientos. “Acá no se reprimió ni en dictadura”, gritaba. Luego amenazó con ocupar el palacio Piria, pero finalmente se calmó y se comprometió a retirar a los manifestantes, si la policía también se retiraba.

Signorele ingresó otra vez a la sala de juramentos, abrazó a Mota y le pidió que le solicitara a los representantes de otras organizaciones que desalojaran la sala. A la jueza no le simpatizó la idea. Aseguró que ella no convocó a ninguna manifestación, pero dijo que lo haría porque no era justo que los demás jueces no juraran por esa razón. Mota se acercó a Irma Leites, vocera de Plenaria Memoria y Justicia, para susurrarle el exhorto. “Yo me voy a retirar, pero esto es un mandado del PIT al gobierno”, dijo Leites.

Lo que en principio era una manifestación pacífica en apoyo a Mota y en repudió a los ministros de la SCJ, se convirtió en confrontación física con la Policía y, luego, en conflicto interno entre las asociaciones convocantes. Si bien los sindicalistas se proponían disuadir y desalojar, no tenían el respaldo suficiente para lograrlo. Además de no aceptar la propuesta, varios manifestantes los insultaron.

Entre la hora 12 y las 12.30, desfilaron por las mejillas y la espalda de Mota besos, lágrimas y abrazos de hombres y mujeres que repetían “gracias”. Cuando le avisaron que la jueza que solicitó el desalojo de la sede, a pedido de los miembros de la corte, fue Gabriela Merialdo, Mota repreguntó, indignada, “¿Merialdo?”, y sonrió.

Una mujer misteriosa
Ante el fracaso en la negociación, la Policía emprendió la segunda avanzada. Volvieron los pechones y los empujones y reapareció un actor central entre el tumulto: Zabalza. Espalda con espalda con Oyenard, empujaba a los policías para evitar el desalojo. “Se tiene que ir”, le decía el oficial a Zabalza. “No me voy a ir”, repetía el extupamaro. “Esto pertenece al pueblo. Que venga Rubial Pino”, ordenó, en alusión al presidente de la SCJ. En la hora más tensa, Zabalza lideró a los revoltosos. “Que se suspenda el acto y nos vamos todos tranquilos”, propuso, pero ninguna de sus ideas encontró tierra fértil en las autoridades. Entrelazado con los policías, el viejo líder era el objetivo preferido de fotógrafos y camarógrafos. “Quedé lindo”, le preguntó a un reportero. Con Zabalza al frente, los manifestantes resistieron el embate policial.

A la hora 13.05, llegó el jefe de Policía de Montevideo, Diego Fernández, acompañado por la Guardia Metropolitana. La tercera ofensiva fue menos violenta pero más efectiva.

Tras el desalojo, la Policía permitió el ingreso solo a la prensa y a familiares de los jueces que juraban. Mota juró con un casi imperceptible “sí, juro”, mirando hacia abajo. Cuando los ministros saludaban con un beso a las otras juezas, Mota les extendió la mano sin mirarlos a los ojos. “Aguante, Mariana”, gritó uno de los presentes.

La jueza se retiró junto a su familia. Unas 30 personas que esperaban en la calle la ovacionaron nuevamente al salir.

Pero todavía quedaba un último escollo. Al doblar la esquina, mientras se retiraba, una mujer rubia comenzó a insultarla. “Mirame. ¿No te acordás de mí?”, le gritaba. Se le acercó, tomó uno de los palos que sostenía una pancarta en apoyo a Mota, y agredió a su hija. “Tú madre es una asesina”, le dijo a la adolescente que comenzó a llorar. Nadie entendía nada. Tras la agresión, la misteriosa mujer desapareció.

Mota caminó cuatro cuadras, acompañada por una procesión de seguidores y se subió al auto. En el asiente trasero, la hija menor, abrió una revista del Gallo Claudio. Su padre arrancó el auto y dejó detrás de sí el último aplauso.




2 comentarios:

  1. Que diran las palomas del Santo Padre senor Mujica, del companero Wassen Alanis que murio por una patria grande, que diran las palomas Elena Quinteros que murio por una sociedad igualitaria, que diran tantas palomas senor Mujica con manos manchadas de sangre y traicion.
    Que dira el Santo Padre, Senor Mujica?

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  2. Yo no estuve,pero estuve; X que en éste mundo globalizado y con éste aparatito que nos brinda la CIA = estás,casi que en tiempo real.Estoy a favor de la decisión del STJ porque el rédito político es favorable,estoy apaludiendo al Bicho que mandó sus subalternos a acogotar al Tambero y que EL MUERTO le mostrase la foto al mundo.Esa foto es un anuncio de los tiempos que inexorablemente se vienen. El traslado y la represión son la prueba de obsecuencia y un síntoma de debilidad:tienen que reprimir a Galeano, a Viglietti y a Zabalza...? La piola está muy cagada entonces. Tus hijos te miran. Estoy saltando en una pata de contento de que sean tan burros que le siguen la corriente a la jefa colombiana;sirve para movilizar,para crear conciencia,para que aflore la realidad que cuenta.MAU-MAU.-

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