lunes, 8 de octubre de 2012

La Doctrina de la Seguridad Continental

PUBLICADO EN CARAS&CARETAS EL VIERNES 5 DE OCTUBRE DE 2012


“Guerra fría” de OEA en Punta del Este a 50 años de expulsión de Cuba

La Doctrina de la Seguridad Continental

Conferencia de Ministros de Defensa sesiona en Uruguay entre el 7 y el 10 de octubre. Estados Unidos quiere otorgar poder hemisférico a la Junta Interamericana de Defensa. Procura crear bases regionales para “situaciones de desastre”. La UNASUR, en minoría, puede bloquear pretensión norteamericana. Discusión sobre seguridad y defensa enfrentará concepciones estratégicas. Se reclamará zona de paz no nuclear en Atlántico Sur y soberanía Argentina sobre Malvinas.

ROGER RODRIGUEZ / rogerrodriguez@adinet.com.uy

La próxima semana, en los mismos días en que se cumplen cuarenta y cinco años de la ejecución de Ernesto Che Guevara y en la misma ciudad en la que medio siglo atrás se expulsó a Cuba de la Organización de Estados Americanos (OEA), la X Conferencia de Ministros de Defensa de las Américas (CMDA) puede definir una nueva ecuación militar hemisférica en la que Estados Unidos pretende imponer una remozada “Doctrina de la Seguridad Regional” que rechazan la mayoría de los gobiernos de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR).
No hubo intencionalidad en la definición de la fecha, ni se pretendió plasmar ninguna alegoría al elegir Punta del Este como sede de la reunión del principal organismo continental de políticas de defensa: sencillamente, explicaron fuentes gubernamentales, se fijaron los días del encuentro por la agenda de disponibilidad que tenían las instalaciones del Hotel Conrad Resort & Casino para recibir en sus 294 habitaciones un contingente de más de 500 delegados militares y civiles de los 28 países que aseguraron su participación en la reunión.
Sin embargo, las sombras de la “Guerra Fría” que con aquella expulsión cubana se instaló en América (luego de fracasar un intento de invasión norteamericano a la isla y después de impulsarse la Alianza para el Progreso en la misma Punta del Este y en presencia del propio Che Guevara), estarán sobrevolando los debates de una reunión en la que puede delinearse un nuevo Sistema Interamericano de Defensa y establecerse conceptos de seguridad regional que pueden marcar el futuro geopolítico del Atlántico Sur y de las fuerzas armadas de la región.
La presencia de más de 130 delegados estadounidenses (sin contar “agregados” diplomáticos que llegaron al país en las últimas semanas) parece confirmar la gran expectativa que Estados Unidos tiene en esta décima reunión ministerial, que promete ser una de las más trascendentes desde que el foro de “intercambio de experiencias” en Defensa fue creado, con la presencia del entonces medioambientalista vicepresidente Al Gore, en la turística población de Williamsburg, Estado de Virginia, durante el verano norteño de 1995.

ESAS MALAS JUNTAS…
En aquella localidad  y en un mundo en el que había hecho implosión la Unión Soviética, los ministros de Defensa de la OEA sólo pudieron acordar seis principios básicos durante su desconfiado debate sobre el futuro de las fuerzas armadas: preservar las democracias, destacar el rol militar y su subordinación a la autoridad civil, la ley y los derechos humanos, exigirse trasparencia sobre los gastos militares, resolver los conflictos por la negociación y propiciar la participación voluntaria en misiones de paz y lucha contra el “narcoterrorismo”.
Los sucesivos encuentros en Bariloche (1996), Cartagena (1998), Manaos (2000), Santiago (2002), Quito (2004), Managua (2006), Banff (2008) y Santa Cruz de la Sierra (2010) fueron ampliando una agenda que ya habla de democracia, paz, seguridad, solidaridad, cooperación, modernización, prácticas interculturales, perspectivas de género, derecho internacional humanitario, formación de civiles en defensa y otros conceptos que fueron haciéndose moda;  pero diecisiete años después, el bloque norteamericano pretende llegar a otras definiciones…
Desde la reunión celebrada en Canadá en 2008, Estados Unidos y sus aliados del Commonwealth (13 países que alguna vez pertenecieron al imperio británico), se han propuesto designar a la Junta Interamericana de Defensa (JID), con sede en Washington, como la Secretaría Permanente de la CMDA, lo que implicaría el relanzamiento de un organismo que fue pilar en la confrontación bipolar del siglo pasado. El tema no fue integrado a la agenda oficial (llegó tarde) de Punta del Este, pero sería introducido por alguno de los participantes.
La jerarquización de la JID en el Sistema Interamericano de Defensa, ya tiene el apoyo del Consejo de Seguridad Hemisférica de OEA y hasta del propio secretario general, el chileno José Miguel Insulza, habría cedido a la presión de Estados Unidos que procura asegurar su dominio continental y mira con preocupación la coordinación en el escenario de la UNASUR, donde surgen eficientes el Consejo Sudamericano de Defensa y el Centro de Estudios Estratégicos de la Defensa (que preside en Buenos Aires el ex comandante Ángel Bertolotti y tuvo un rol destacado en el rencuentro de Colombia con Ecuador y Venezuela).



UNIÓN O LA FUERZA…
La discusión de fondo implica al rol y protagonismo que pueden llegar a tener las fuerzas armadas en todo el continente bajo la estrategia de una incidente Junta Interamericana de Defensa. El bloque liderado por Estados Unidos propicia que los militares puedan intervenir en temas vinculados a la seguridad de los Estados (incluyendo drogas, terrorismo, etc.) y los países de la UNASUR consideran que la participación militar contra el delito internacional solo es aceptable en casos de excepción como el sufrido por Brasil en sus fronteras.
La unidad que puede lograr la UNASUR en Punta del Este aparece como uno de los ejes políticos de la Conferencia. Estados Unidos le habría ofrecido la hegemonía regional a Brasil para lograr su apoyo (ello incluye la sede de una base regional en su territorio y bajo su mando) y propiciaría que Chile asuma la presidencia de la propia JID, desplazando a Canadá. También Perú aparece presionado por el rol de presidente pro témpore que asumirá una vez que finalice la reunión en Uruguay y comience a preparar el próximo encuentro en Lima.
La batalla teórica del debate se dará con la definición de los conceptos de Seguridad y Defensa, donde se prevé que surjan tres bloques. Estados Unidos y sus aliados, jugados a una contradicción entre lo que proponen y lo que hacen en sus países (donde la seguridad interna y la defensa externa esta bien delimitada); los países centroamericanos y del Caribe que tienen Guardias Nacionales que cumplen la doble función; y el grupo de UNASUR que pretende crear un Consejo Sudamericano de Seguridad y seguir cortando ataduras con el sistema de OEA.
La pulseada también se dará en el escenario de una comisión sobre biodiversidad y medioambiente, en la que durante el encuentro en la boliviana Santa Cruz de la Sierra se propuso crear un sistema de intercambio sobre las capacidades militares para atender casos de emergencia ante desastres naturales. Estados Unidos propuso crear diez bases regionales (un viejo sueño de dominación) y los países sudamericanos entienden que los militares solo deben aportar su logística y trabajo luego que los gobiernos tomen decisiones políticas.



LA “POSICIÓN PAÍS”
En el marco de la preparación de la reunión en Punta del Este, civiles y militares uruguayos debieron acordar “posiciones país” que requirieron agitadas reuniones en las que no siempre hubo consensos. Las Fuerzas Armadas uruguayas, a 27 años de la salida democrática siguen manteniendo la misma formación que en los años de la dictadura ya que no se han cambiado ni sus planes de estudio ni sus docentes, por lo que surge un claro alineamiento con las posiciones estratégicas norteamericanas, explicaron fuentes del gobierno.
Fuentes militares señalaron a Caras y Caretas que los estudios que las fuerzas armadas uruguayas realizan en sus distintos centros de capacitación han formado en algunos temas estratégicos y de alianzas opiniones diferentes a las del gobierno. Esto habría ocurrido en el seno del Estado Mayor de la Defensa (ESMADE), en el Centro de Altos Estudios Nacionales (CALEN) y el Instituto Militar de Estudios Superiores (IMES). Sin embargo, aseguraron que conocida la posición oficial los técnicos militares se alinearon a la decisión del poder político.
Los voceros políticos, por su parte, subrayaron la posición oficial del Estado uruguayo respecto a organismos de la OEA que mantienen un enfoque geopolítico del hemisferio que quedó anclado en los años de la guerra fría y nada tienen que ver con un mundo global y multipolar. “Es un enfoque geopolítico superado que responde a los intereses de Estados Unidos en una época determinada y no coincide con ideas estratégicas que hoy se impulsan desde la UNASUR”, dijo uno de los informantes.
La fuente explicó que los países sudamericanos pertenecen hoy a dos sistemas de Defensa, el tradicional hemisférico y el sudamericano creado desde los acuerdos de 2011. En la discusión interamericana, Uruguay y los otros países del Sur tendrán que defender la concepción regional. Será clave, para eso, que no dividan posiciones ya que con diez votos de la UNASUR se bloquearía toda resolución que los otros países pretendan imponer cuando requieren de una mayoría de dos tercios y solo 28 países estarían participando de la reunión.

ATLÁNTICO DE PAZ
El bloque sudamericano tendrá que exigirse consensos en otros dos temas claves que se tratarán en esta X Conferencia de Defensa donde esta previsto analizar el futuro de las misiones de paz para Naciones Unidas (donde se prevé llegar a operar bajo el “Capítulo 7”, es decir “imponiendo” militarmente la paz en zonas de conflicto) y la situación del Atlántico Sur (que incluye el tema de la soberanía Argentina sobre las islas Malvinas).
En el tema del Atlántico (donde también se postula declararlo zona de paz y prohibido el uso de armamento nuclear), no se llegó a un acuerdo durante una reunión preparatoria celebrada en abril último. Canadá y un grupo de islas caribeñas, también impidieron un consenso favorable a los reclamos territoriales de Argentina, que tampoco había logrado apoyo en otra reunión de los estados ribereños al océano que integran la Zona de Paz y Cooperación del Atlántico Sur (Zopacas) dependiente de Naciones Unidas.
Las fuentes de Caras y Caretas consideraron que el tema Malvinas será muy delicado y probablemente se propicie una fórmula en la que se divida el tema en dos puntos: uno referente a la pacificación del Atlántico Sur y otro para que las Malvinas se mantengan como un reclamo de soberanía permanente hasta que la ONU adopte una decisión definitiva.  El punto será de gran sensibilidad para la delegación argentina que viene mostrando una conducta agresiva en su política exterior.
Los voceros uruguayos –militares y civiles- coincidieron en el papel de “tejedor” que deberá cumplir la delegación local para limar asperezas entre participantes, suavizar el discurso de algunas delegaciones visitantes (Bolivia suele tener posiciones extremas) e incluso dentro de las misiones extranjeras (Brasil trae divergencias entre la postura militar y las indicaciones dadas desde Itamarati). El desempeño de los anfitriones también marcará el protagonismo diplomático de Uruguay que en 2012 volverá a ocupar la presidencia del Mercosur.

 Política de defensa para el hemisferio occidental (ver pdf)

El Che Guevara aún en Punta del Este presente







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