jueves, 25 de octubre de 2012

Esclavos textiles


Brasil libera a 15 inmigrantes 'esclavos' que hacían prendas de ropa clandestinamente para la firma Zara 

El Confidencial 18.08.2012
 Zara, la joya de la corona del imperio Inditex, contrató en Brasil talleres textiles que empleaban a inmigrantes ilegales latinoamericanos en condiciones que rozaban la esclavitud. Según reveló el martes la cadena de televisión brasileña Band, la segunda del país, un equipo de inspectores del Ministerio de Trabajo y agentes de policía liberaron a 15 trabajadores clandestinos, la mayoría bolivianos y peruanos, que eran explotados en dos talleres de Sao Paulo, donde fabricaban prendas de ropa para la firma española en jornadas de hasta 16 horas diarias por unos salarios miserables.

Esclavos de la ropa Una televisión brasileña realiza un reportaje en el que se pueden ver las condiciones de semiesclavitud en las que viven unos trabajadores que fabrican prendas de ropa para varias marcas, entre ellas la española Inditex

En un reportaje emitido el pasado martes por la cadena brasileña titulado Trabalho escravo (Trabajo esclavo), los inmigrantes explotados, que trabajaban en condiciones insalubres para la empresa AHA -una de las firmas proveedoras de Zara en Brasil-, confiesan que ganan 1,80 reales (unos 0,80 céntimos de euro) por cada pieza de ropa fabricada, cantidad que a su vez deben repartir entre cada uno de los empleados que intervienen en la elaboración de la prenda. "No son más que animales que trabajan. Y alguien se lucra con todo esto", asegura a cámara la periodista.
El Confidencial se puso ayer en contacto con Zara para recoger su versión de lo ocurrido. Sin embargo, la firma gallega optó por guardar silencio. Un portavoz de Inditex sí reconoció los hechos a la agencia Europa Press, pero aseguró que éstos se produjeron "sin el conocimiento" del grupo textil fundado por Amancio Ortega.
Según ese portavoz, Inditex cuenta en el gigante de América del Sur con cerca de 50 proveedores estables, uno de los cuales es AHA, a quien Zara responsabiliza de haber subcontratado de forma "no autorizada" la fabricación de prendas de esta marca en los dos talleres clandestinos descubiertos por las autoridades brasileñas. Siempre según esa versión, la firma de Arteixo (A Coruña) ha exigido a AHA que "de forma inmediata subsane la situación", que atenta contra el "código de conducta para fabricantes y talleres externos" de la compañía gallega.
Sin embargo, el informe elaborado por los inspectores del Ministerio de Trabajo brasileño, que ha abierto una investigación, contradice la versión de Inditex. "AHA funciona, en la práctica, como una extensión logística de su cliente principal, Zara Brasil Limitada", señala el documento, citado por la agencia alemana DPA. "La empresa es responsable de los que trabajan para ella. Estos trabajadores estaban produciendo prendas para Zara y seguían orientaciones de la empresa. Vender ropa es su actividad, la razón de su existencia, por lo que su deber es saber cómo están siendo producidas sus prendas".

 Argentina: Escrache a la marca de ropa Zara


El escrache realizado a ZARA por parte de los costureros de la UTC y La Alameda fue para lograr la reincorporación inmediata de la costurera Mónica Córdoba, quien fue despedida al ser candidata a delegada gremial en la fábrica Te Plancho SRL Sus dueños son ARIEL Y DEBORA BEITELMAKER, que producen las prendas que llevan la marca ZARA, entre otras. ZARA es conocida a nivel mundial por sus antecedentes penales al utilizar costureros en talleres clandestinos en diferentes países. Tanto el sindicato de Camboya, como Ong's de consumo responsable en Europa, realizaron múltiples denuncias sobre esta marca. INDITEX SA, es la empresa que utiliza el nombre comercial ZARA, su fundador y presidente es Amancio Ortega Gaona. En el primer semestre de 2010 sus ventas ascendieron a 5.525 millones de euros, gracias a la explotación feroz de los costureros. En nuestro país este abuso se traduce con los proveedores de ZARA, Ariel y Debora Beitelmaker. En las fábricas Te Plancho y Tejidos Latinos someten a los costureros con sueldos por debajo del convenio, pagos en negro, persecución, amenazas, maltratos y despidos ilegales, como el de Mónica, que era candidata a delegada elegida por sus compañeros. En España, la Campaña Ropa Limpia, una agrupación de ong's de consumidores que impulsa el consumo responsable y que desde años vienen denunciando los abusos de las grandes marcas, también le pidió explicaciones a ZARA, en solidaridad con la trabajadora despedida Mónica Córdoba.

LA MULTINACIONAL TEXTIL GALLEGA INSISTE EN QUE SE TRATA DE "CASOS EXCEPCIONALES"

Brasil acorrala a Inditex: detectados otros 30 talleres de 'esclavos' vinculados a Zara

 

No se trata de un caso aislado. Según el Gobierno brasileño, los dos talleres de Sao Paulo en los que inmigrantes ilegales fabricaban ropa para Zara en condiciones que rozaban la esclavitud son sólo la punta del iceberg. El Ministerio de Trabajo del gigante suramericano asegura que al menos en otros 33 talleres subcontratados por la firma gallega se habrían detectado las mismas irregularidades: hacinamiento, condiciones insalubres de trabajo y salarios de miseria. Pero la multinacional Inditex, propietaria de Zara, insiste en que se trata de una "situación excepcional", según señaló ayer a El Confidencial un portavoz oficial del grupo textil fundado por Amancio Ortega.
Según reveló ayer la auditora fiscal del Ministerio de Trabajo Juliana Cassiano al diario O Globo, el de mayor tirada del país, la mayoría de los 15 inmigrantes bolivianos y peruanos liberados en los dos talleres de Sao Paulo no tenían documentos, habían sido introducidos clandestinamente en Brasil por redes de tráfico de seres humanos y trabajaban en unas condiciones "terribles". Su jornada laboral era de hasta 16 horas diarias, hacinados con cinco menores de edad en un espacio minúsculo que servía a la vez de taller y vivienda, con un solo cuarto de baño sucio y sin agua caliente, "y todo para ganar 200 o 300 reales [entre 90 y 130 euros] y estar endeudados con las mafias. La situación era muy, muy grave".


Inditex volvió ayer a responsabilizar a la firma AHA, uno de sus más de 50 proveedores en Brasil, de haber subcontratado de forma "no autorizada" la fabricación de prendas de Zara en los dos talleres textiles clandestinos descubiertos por las autoridades de aquel país. Pero los inspectores del Ministerio de Trabajo rechazan los argumentos de la multinacional de Arteixo (A Coruña). "Si nosotros podemos rastrear la cadena de producción, Inditex también puede hacerlo", sostiene Cassiano. "Y si Inditex es capaz de controlar la calidad de sus productos durante todo el proceso de producción, ¿por qué no hace lo mismo con la mano de obra que emplea?".
Segunda operación desde mayo
El pasado mes de mayo, una operación similar a la desplegada en Sao Paulo permitió a la Superintendencia Regional de Trabajo y Empleo desmantelar varios talleres clandestinos en la ciudad de Americana, en el interior de la región paulista. En aquella ocasión fueron liberados 52 trabajadores, casi todos de nacionalidad boliviana, que estaban siendo explotados y sometidos a unas condiciones laborales degradantes. Según fuentes de la cadena de televisión Band -la segunda de Brasil, cuyos reporteros destaparon las presuntas irregularidades cometidas por Zara en Sao Paulo-, la mayoría de los 52 trabajadores esclavos liberados también elaboraba prendas de ropa para la firma de moda española.
El portavoz de Inditex consultado por El Confidencial aseguró que "la seriedad de esta compañía es modélica", y señaló que el grupo textil realiza anualmente más de un millar de auditorías a proveedores de sus marcas en todo el mundo para asegurarse de que cumplen su código de conducta. "Estamos colaborando con las autoridades brasileñas para revisar los sistemas de producción de nuestros proveedores y evitar que casos como el de Sao Paulo vuelvan a producirse". El representante de la multinacional gallega eludió comentar, sin embargo, la denuncia del Ministerio de Trabajo sobre la existencia de al menos otros 30 talleres clandestinos ligados a Zara.



La versión del diario EL PAÍS de Uruguay sobre la esclavitud



Los secretos detrás del éxito de Zara
Estrategia incluye convivencia de mercadería de muchos orígenes, variedad y disponibilidad 
limitada


Si cada prenda representara a su país de origen, Zara podría completar casi todo el mapamundi en cada una de sus tiendas. Es la sensación que queda después de recorrer un local de la marca. Los percheros exhiben camperas chinas, tejidos turcos, polleras indias, pantalones marroquíes y camisas españolas. Las mesas sostienen pilas de remeras y pares de botas argentinos. El crisol incluye blusas portuguesas, tapados búlgaros, jeans paraguayos, chombas peruanas y más.
Esa naturaleza cosmopolita, revelada en la letra chica de las etiquetas, pasa desapercibida a los ojos de los consumidores que seleccionan a gusto antes de llegar al probador. Nada está allí por casualidad. La convivencia entre la mercadería de distintos orígenes, su variedad y disponibilidad limitada, es parte de una cuidadosa estrategia que ha convertido al Grupo Inditex -dueño de la marca- en el líder de las cadenas de moda internacional.
Este gigante de cuna española ratificó su posición dominante al cerrar 2011 con ventas por 13.973 millones de euros (unos US$ 16.741 millones). Lo novedoso fue que arrebató el liderazgo en beneficios a la sueca H&M, con ganancias de 1.932 millones de euros (US$ 2.314 millones). Es decir, Inditex no sólo es el que más vende, sino el que mejor lo hace, gracias a una fórmula ideada por su fundador, Amancio Ortega Gaona.
El creador del método estudiado en las escuelas de negocios más importantes del mundo, pero (hasta ahora) imposible de replicar, es el quinto hombre más rico del mundo según Forbes. La clave está en una estructura flexible, capaz de adaptarse a los mercados donde hace pie, y un modelo de producción basado en una enorme red de proveedores. Todo convirtió a la firma de 37 años en la más valiosa del Ibex español y en un fenómeno mundial y expansivo.
En los locales de Zara, hay prendas de estilo casual y formal, para día y para noche; calzado y accesorios. En un solo lugar, se concentran soluciones para múltiples necesidades de diversos segmentos. Las que mande la moda y las que puedan tentar a los cazadores de tendencias. Pero se trate de un abrigo fabricado a miles de kilómetros o de un calzoncillo hecho en el pueblo vecino, hay un hilo que los atraviesa: la oferta a precios accesibles para los estratos medios de la sociedad. Y eso vale para cada uno de los 85 países donde están presentes Zara y cualquiera de las marcas de Inditex.
Los números describen un verdadero imperio textil. Según el último informe de resultados, el total de tiendas ascendía a 5.618 al cabo del primer trimestre. Las 1.855 de Zara representan el principal ingreso. Las siete cadenas restantes responden a un plan de segmentación que contribuye a la omnipresencia de Inditex: si bien existen solapamientos, cada marca apunta a un target específico a través de un concepto. Por ejemplo, Bershka, segunda en importancia en cantidad de tiendas, identifica a un público juvenil, mientras que Oysho vende lencería y Uterque, accesorios. Al oeste del Atlántico, el grupo tiene presencia en 17 países y planea seguir abriendo tiendas en mercados emergentes. LA NACIÓN, GDA

La empresa que sólo fabrica lo que vende

Inditex tiene un modelo vertical, desde el diseño hasta la tienda, con unos 25.000 modelos sin una lógica de colección. A diferencia de otros, fabrica la mercancía que vende, y no se dedica a vender lo que ha fabricado», respondió el español José Luis Nueno, profesor de Marketing de IESE Business School y consultor de larga trayectoria en el sector a nivel global. «La estrategia se basa en una enorme plataforma de proveedores capaces de respaldar esa agilidad». Y no cualquiera. «El eje para lograr una relación precio-calidad imbatible como la que se ofrece es el bajo costo de producción», explicó.

Zara: esclavitud "fashion" 
 por Juan Luis Berterretche  

Esos talleres “tercerizados” de Sao Paulo, sin Zara no existirían. Las órdenes de costura, las muestras y la elección de los tejidos vienen directamente de España

Desde 1995 a la fecha más de 40 mil trabajadores que eran sometidos a un régimen de esclavitud fueron liberados en operaciones de inspección laboral en zonas rurales [de Brasil]. Desde que comenzaron a hacerse investigaciones en Sao Paulo, a mediados de agosto pasado, cuatro grandes redes minoristas de ropa fueron descubiertas utilizando talleres de confección con trabajo esclavo: Marisa, Pernambucanas, Collins y el grupo se completaba con la transnacional española Zara.

Con una facturación mundial de 12.500 millones anuales, el gigante de la moda española Inditex (Arteixo, la Coruña) propietario de la cadena de tiendas Zara, tiene 30 locales en Brasil y emplea en ellos, 7 mil personas.
Los fiscales estuvieron en dos de los 50 talleres de costura abastecedores de Zara, Allí encontraron 16 bolivian@s con cinco niños, trabajando hasta 16 horas por día en un ambiente sucio, estrecho y sin condiciones de seguridad. Los operari@s informaron que tenían deudas con los dueños de los talleres y que recibían por su trabajo menos de un salario mínimo. Los extranjeros habían sido introducidos clandestinamente en Brasil por redes de tráfico de seres humanos. La portavoz de Inditex, Regiane Machado, aseguró que “Este es un caso aislado, resultado de una tercerización de uno de nuestros abastecedores, sin nuestra autorización”.
En realidad esos talleres “tercerizados”, sin Zara no existirían en el mundo económico. Las órdenes de costura, la definición de las muestras y la elección de los tejidos vienen directamente de la matriz en España. Las afirmaciones de la vocera de Zara, fueron rápidamente desmentidas cuando se comprobó que al menos en otros 33 talleres subcontratados por la firma gallega se habían detectado las mismas irregularidades: hacinamiento, condiciones insalubres de trabajo y salarios de miseria. En los talleres se encontraron también prendas con etiquetas de las marcas Ecko, Gregory, Billabong, Brooksfield, Cobra d'Água y Tyrol.
El pasado mes de mayo, una operación similar a la desplegada en Sao Paulo permitió a la Superintendencia Regional de Trabajo y Empleo desmantelar varios talleres clandestinos en la ciudad de Americana, en el interior de la región paulista. En aquella ocasión fueron liberados 52 trabajadores, casi todos de nacionalidad boliviana, que estaban siendo explotados y sometidos a unas condiciones laborales degradantes. La mayoría de los trabajadores esclavos liberados también elaboraba prendas de ropa para la firma de moda española.
Estas formas de explotación de trabajo forzado no son excepcionales. Son parte inherente del nuevo mercado de trabajo a escala mundial.
Harvey: acumulación flexible

David Harvey en La Condición de la Posmodernidad (1989) /1 acepta el desafío del debate con los defensores del posmodernismo y en el plano de la dominación del Capital traduce posmodernidad como acumulación flexible del capital. Al describir esta forma de acumulación, Harvey detalla los nuevos aspectos que definen el mercado de trabajo a nivel mundial. Las normas y prácticas regresivas en la relaciones de trabajo se vienen expandiendo hace cuatro décadas, apoyadas en una desocupación y marginación en crecimiento constante.

Para Harvey los cambios de las cuatro últimas décadas, manifestados en la vida cultural, social política y económica se corresponden con profundas modificaciones en el proceso de acumulación de capital, que pueden ubicarse temporalmente en los inicios de la década del setenta. Más precisamente, él señala a 1973 -año de recesión generalizada a nivel mundial- como el punto de inflexión de estos cambios. Afirma que allí se abre un nuevo período de acumulación capitalista -o de incremento en el valor del capital- que él denomina "acumulación flexible".

La etapa anterior comienza con el fordismo, y proviene de las innovaciones tecnológicas (línea automática de montaje) y organizacionales (forma corporativa de organización de negocios, separación entre gerencia, concepción, control y ejecución y detallada división del trabajo) que Ford implantó con un aumento destacado de la productividad y los beneficios. Todo esto condujo, al decir de Harvey, a "una nueva estética y una nueva psicología, en suma un nuevo tipo de sociedad democrática, racionalizada, modernista y populista". La expansión del sistema fordista es una complicada historia que se extiende por casi medio siglo.

Pero será en la inmediata pos guerra que se procesaran cambios en los modos y mecanismos de intervención estatal permitiendo atender en forma efectiva los requisitos de la producción fordista. Fueron necesarios la depresión y el casi colapso del capitalismo en la década del treinta, para que las sociedades capitalistas llegasen a una nueva concepción de la forma y del uso de los poderes del estado.

Keynes respondería a estos interrogantes con un conjunto de estrategias administrativas científicas y poderes estatales que apuntaban a estabilizar el capitalismo. La configuración y el uso propio de los poderes del estado sólo fueron resueltos después de 1945. Desde ese momento el fordismo se alió firmemente al keynesianismo.

El fordismo, entonces, se combinó con la administración económica keynesiana y produjo lo que dio en llamarse estado de bienestar social (welfare state). Es esta la base de un largo período de expansión económica pos guerra.

Pero a partir de 1966 hay una caída de la productividad y lucratividad corporativas. Conjuntamente empieza a manifestarse una aceleración de la inflación, expresión de los problemas fiscales en los grandes países capitalistas.

La recuperación de Europa y Japón comenzó a saturar los mercados en competencia con EEUU, y fue alrededor de esa época que las políticas de sustitución de importaciones en varios países del Tercer Mundo (en especial, América Latina) asociada al primer gran movimiento de las multinacionales de volcar manufacturas hacia el extranjero (en particular, Sudeste Asiático) generaron una industrialización competitiva en ambientes con mercados de trabajo desprotegidos.

Entre 1965 y 1973 se hizo evidente la incapacidad del fordismo-keynesianismo de contener las contradicciones inherentes al capitalismo. En la superficie, todas esas dificultades eran sintetizadas por la palabra "rigidez". Rigidez en las inversiones de capital fijo de gran escala y de largo plazo y por tanto rigidez en la planificación, presumiendo crecimiento estable en mercados de consumo invariable o de franca saturación. Rigidez en los mercados, en la localización y en los contratos de trabajo. Resistencia de los trabajadores a toda tentativa de superar estos problemas de rigidez que llevaron a las grandes huelgas de 1968-1972. Rigidez en los compromisos del Estado por aumento de los programas de asistencia social en momento que la rigidez en la producción restringía expansiones de la base fiscal para gastos públicos.

La recesión generalizada de 1973 dejó a las corporaciones con mucha capacidad excedente inutilizable en condiciones de intensificación de la competencia. Esto obligó a abrir un período de racionalización, reestructuración y aumento del control del trabajo. En consecuencia las décadas del setenta y ochenta fueron un conturbado período de reestructuración económica y reajuste social y político. En el espacio social creado por todas esas oscilaciones e incertezas, una serie de nuevas experiencias en los dominios de la organización industrial y de la vida social y política comenzó a tomar forma. Esas experiencias pueden representar los primeros ímpetus del pasaje para un régimen de acumulación enteramente nuevo, asociado con un sistema de regulación política y social distinta.

Y aquí llegamos a la definición de Harvey del nuevo modo de acumulación capitalista: "La acumulación flexible, como voy a llamarla, está marcada por una confrontación directa con la rigidez del fordismo. Ella se apoya en la flexibilidad de los procesos de trabajo, de los mercados de trabajo, de los productos y patrones de consumo. Se caracteriza por el surgimiento de sectores de producción enteramente nuevos, nuevas maneras de abastecimiento de servicios financieros, nuevos mercados y, sobretodo, tasas altamente intensificadas de innovación comercial, tecnológica y organizacional.

El trabajo organizado "fue minado por la reconstrucción de focos de acumulación flexible en regiones que carecían de tradiciones industriales anteriores, y por la reimportación para los centros más antiguos de las normas y prácticas regresivas establecidas en esas nuevas áreas”. La acumulación flexible implica niveles altos de desempleo estructural, rápida destrucción y reconstrucción de habilidades de los trabajadores, rebajas de salario real y empeoramiento de las condiciones de trabajo, y retroceso del poder sindical, una de las columnas políticas del régimen fordista. El mercado de trabajo pasó por una radical reestructuración. La desocupación y marginación -gran cantidad de mano de obra excedente tanto de desempleados como subempleados- y el debilitamiento del poder sindical fueron aprovechados para imponer "regímenes y contratos de trabajo más flexibles".

Los talleres clandestinos en Sudamérica

En Latinoamérica donde es común la producción de confecciones en talleres de costura clandestinos con mano de obra inmigrante indocumentada –modalidad de trabajo que no se registra ni es objeto de protección-, el tiempo de trabajo y el tiempo de vida transcurren indiferenciados. En talleres montados en Sao Paulo, Rio de Janeiro o Buenos Aires con mano de obra de bolivian@s, paraguay@s o peruan@s indocumentados, debajo de cada máquina de coser hay un colchón arrollado para ser utilizado durante las horas de sueño. L@s operari@s deben producir primero para pagar el transporte de un país otro y sus gastos de alimentación. Producen durante 14, 15 y hasta 16 horas diarias y viven las 24 horas del día en el taller. En los más permisivos, los hijos comen, juegan, duermen y crecen en el mismo espacio.

En Río de Janeiro son las pequeñas empresas de confecciones pret-a-porter femenino que contratan trabajadoras a domicilio en relación ilegal y clandestina /2. A l@s operari@s no se paga por horas de trabajo sino por cantidad de piezas hechas. De esta forma las empresas ahorran el gasto en instalaciones y en energía y en la mayoría de los casos los trabajadores deben comprar la máquina necesaria para producir. Como se paga por pieza, no tienen horas “perdidas” de descanso o almuerzo, ni necesitan de personal de control.

Jeremy Rifkin /3 el mayor exponente de la tesis del “fin del trabajo” supone que la automatización y la informatización se extiende en forma homogénea en el conjunto de la economía globalizada e ignora el desarrollo desigual y combinado donde conviven plantas robotizadas y procesos de última tecnología con producción basada en la explotación de mano de obra intensiva que puede ser incluso esclavista, infantil o indocumentada. En muchos casos esta convivencia se da en la elaboración de un mismo producto, siendo este desarrollo desigual, funcional a la acumulación capitalista.

Esto acontece en Brasil, por ejemplo, en la cadena productiva del algodón. En la plantación y sobre todo en la cosecha se utiliza mano de obra intensiva por parte de grandes propietarios y se trata de uno de los cultivos con mayor cantidad de irregularidades laborales. En los estados de Mato Grosso, Goias y Mato Grosso do Sul, se utiliza trabajo forzado o esclavo y trabajo infantil. Este último, en la mayoría de los casos se trata de los hijos de los trabajadores esclavizados, que tienen las “manos pequeñas y la altura ideal” para este tipo de cosecha. La producción de hilo y de tejido de algodón se hace con maquinaria moderna computarizada –el sector textil pasó por una modernización en los últimos diez años- y exigiendo mano de obra especializada. La última etapa –la confección de camisetas u otras prendas- se realiza tercerizada o sub-tercerizada en trabajo a domicilio o en talleres clandestinos con indocumentados coreanos o bolivian@s en los barrios de Brás y Bom Retiro de Sao Paulo /4.

Un nuevo mercado de trabajo a escala mundial

Los cambios cualitativos de la economía planetaria producidos por las transnacionales, actuando como grupos de empresas mundiales, pueden sintetizarse en: un amplio proceso de megafusiones-adquisiciones; el desarrollo de Inversiones Extranjeras Directas (IED) /5, la constitución de redes para interrelacionarse y la multiplicación de los acuerdos de cooperación en la producción más allá de las fronteras nacionales. Estos acuerdos se desarrollan en el interior de cada grupo transnacional /6. Es así como producen y comercializan cadenas de tiendas como ZARA, C&A, etc.

“La globalización ha permitido la formación de un verdadero mercado de trabajo a escala mundial. Ofrece un espacio poblado de un inmenso ejército de reserva de trabajadores disponibles, en el cual el capital puede servirse a voluntad.” “La colocación en competencia mundial de los productores, constituye por su amplitud actual y futura, el elemento central y largamente explicativo de la mundialización” /7.

“El movimiento se aceleró desde hace algunos años gracias a la extrema movilidad del capital y las facilidades ofrecidas por el uso sistemático de las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC).” Así como la reducción de los costos de transporte y comunicación. “Al mismo tiempo, estas condiciones favorables no habrían ofrecido todas sus potencialidades, sin la implantación de las políticas neoliberales que organizan, ininterrumpidamente desde hace casi cuatro décadas, la ofensiva del capital contra el trabajo.

Las políticas aplicadas en los países del sur bajo instigación de las instituciones financieras internacionales, asumieron como blanco los elementos de protección social de los cuales se beneficiaban fracciones limitadas de los asalariados. Las políticas de ajuste estructural provocaron una reducción dramática de los gastos sociales y contribuyeron en gran medida para el crecimiento del trabajo informal. Hoy, los trabajadores informales representan la gran mayoría, a veces lo esencial de la población activa en numerosos países del sur, incluso si excluimos el sector agrícola. La fuerza de trabajo informal, excluyendo al sector agrícola, representa el 55% de la población económicamente activa de América Latina, entre 45 y 85% en Asia y prácticamente el 80% en África. (Charmes /8 citado en Heintz /9)

“Las condiciones de explotación de la fuerza de trabajo informal son, por definición, muy heterogéneas. Ellas difieren por grado de inserción de la actividad de los productores en los procesos de mundialización y por el nivel de derechos que les es atribuido. Una gran parte de esta población vive en condiciones dramáticas. Sería más exacto decir que ella sobrevive.” Según los datos de la OIT, 2.700 millones de personas trabajan en áreas rurales en la agricultura de subsistencia o en las economías informales de las ciudades “del mundo en desarrollo” y ganan menos de dos dólares diarios, es decir están por debajo del umbral de pobreza. De ese total, 1.100 millones tienen un ingreso diario igual o menor a un dólar. “Las categorías más vulnerables son claramente las mujeres así como los niños.” “Una fracción de esta fuerza de trabajo es directa (o indirectamente) integrada en la cadena de producción (y de distribución) de los grupos transnacionales” /10.

“La modalidad de actividad informal se extiende en las cadenas intensivas de trabajo vivo, -en las cuales la distribución juega un papel preponderante- con la industria textil y de la vestimenta (ropa, zapatos) en primer lugar, incluyendo también a la industria de aparatos electrónicos y de juguetes; con la potencialidad de ampliar este modo de funcionamiento a otras cadenas de producción (automóviles, por ejemplo). Este tipo de trabajo participa en una proporción creciente, en las actividades de servicios.” “La categoría de trabajo informal designa un conjunto heterogéneo que incluye a los empleadores de micro–empresas informales, los empleados por cuenta propia y los trabajadores informales (trabajadores empleados en las empresas informales ocasionales, a domicilio, a tiempo parcial, en talleres clandestinos, etc.).”

Los grupos transnacionales contribuyeron a generalizar el uso del trabajo informal particularmente por la generalización de la utilización de mano de obra femenina e infantil a domicilio. Junto al trabajo a domicilio las cadenas de tiendas como ZARA han desarrollado en gran escala otro tipo de trabajo informal: talleres clandestinos con trabajador@s indocumentad@s. Por lo general son pequeños talleres, montados en locales poco visibles, instalaciones sin normas de seguridad ni higiene, con indocumentados que viven en el local, y violación de todas las leyes laborales. Es una forma de trabajo forzado, bajo amenaza de denuncia a autoridades inmigratorias. Las transnacionales colocan varios contratistas intermediarios (subcontrataciones) para no relacionarse directamente con los talleres clandestinos. Es el caso de C&A y ZARA en Brasil.

“Tomando en cuenta la ausencia de interés del capital por mercados insolventes y las oportunidades ofrecidas por las innovaciones tecnológicas, fracciones importantes de las poblaciones del sur son consideradas superfluas. Ellas pueden ser abandonadas a las leyes naturales de existencia o en una hipótesis menos pesimista, sometidas a una explotación mineral de su fuerza de trabajo.” "Por explotación mineral de la fuerza de trabajo entendemos una explotación del trabajo forzado sin preocupación siquiera por la reproducción biológica de esta fuerza" /11. Se trata de considerar a la fuerza de trabajo como un producto de la industria extractiva, una explotación como la extracción de hierro a cielo abierto, sin inquietud sobre las consecuencias biológicas.

Para Marx, la determinación del valor de la fuerza de trabajo incluía el valor de los medios de subsistencia necesarios para mantener y reproducir al trabajador y su familia. Por eso él decía que: “En antítesis a otras mercancías, la determinación del valor de la fuerza del trabajo contiene, por consiguiente, un elemento histórico y moral” /12. En este nuevo mercado de trabajo mundializado, en la etapa de crisis estructural del sistema de acumulación, una fuerza siempre creciente de trabajo vivo se torna fuerza de trabajo superflua y puede ser abandonada a su propia suerte o explotada sin considerar en la determinación del valor de la fuerza de trabajo, los medios de subsistencia necesarios para mantener y reproducir al trabajador. Es decir eliminando el elemento “histórico y moral” que Marx detectaba en la determinación del valor de la mercancía fuerza de trabajo en los países europeos.

En los talleres clandestinos de confección, los medios de subsistencia necesarios para mantener al trabajador no incluyen a su familia reduciéndose los costos al mínimo. Y como la reserva de mano de obra hoy disponible es de una amplitud mucho más considerable y su colocación en competencia claramente más fácil, el descarte de grandes contingentes de trabajadores es un hecho habitual.

En Sao Paulo, con apenas 20 máquinas y 20 costureras registradas, uno de los talleres clandestinos de Zara produjo en dos meses más de 50 mil piezas. Es decir cerca de 50 prendas diarias por operaria. Un ritmo brutal para obtener un pago menor al salario mínimo nacional y sobrevivir como un moderno esclavo fashion.

Montevideo, 7 de setiembre de 2011


Notas

1/ Harvey, David (1989) The Condition of Postmodernity - Basil Blackwell Ltd.
2/ Abreu, Alice, R.P. y Sorj, Bila (orgs.), El Trabajo Invisible, Estudio sobre Trabajadores a Domicilio en Brasil; Trabajo a domicilio y relaciones de género: las costureras externas de Rio de Janeiro, Rio Fundo Editora, Rio de Janeiro, 1993.
3/ Jeremy Rifkin El Fin del Trabajo -End of Work- EEUU, 1995.
4/ Lisa Gunn e Marcos Pó (coord.), Cadeia de valor do algodão, têxtil e vestuário: um estudo prospectivo, Instituto Brasileiro de Defesa do Consumidor (IDEC), Junio 2005.
5/ Una Inversión Extranjera Directa (IED), es una inversión que implica un interés durable y una relación de largo plazo de una entidad residente en un país en un emprendimiento localizado en otro país. Un nivel de propiedad superior al 10% del capital es necesario para calificar una IED. Definición de la Conferencia de las Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (CNUCED) (citada por Serfati).
6/ Un informe de la ODCE, publicado en 1991, definía la globalización como un proceso en el cual el valor es creado y distribuido a escala mundial en el interior de redes. (citado por Serfati)
7/ Los entrecomillados sin indicar referencia pertenecen a Claude Serfati, Impérialisme et Militarisme: Actualité du XXI Siècle, Editions Page Deux, Cahiers Libres, Lausanne–Suiza. Traducción de Ernesto Herrera. Correspondencia de Prensa, 7 de septiembre 2005. Serfati, maestro de conferencia en economía, es miembro del Centro de economía y ética por el medioambiente y el desarrollo (Universidad de Versalles Saint–Quentin–Yvelines). Miembro del consejo científico de ATTAC (Francia). Autor de numerosas obras sobre la economía capitalista, el imperialismo y la industria del armamento, entre ellas destacamos: La mondialisation armée y Le désequilibre de la terreur, Editions Textuel, París 2001.
8/ Charmes, J. La mondialisation favorise–t–elle le travail informel ? en Serfati, C. (bajo la dirección de), Regards Critiques sur la Mondialisation, Editions Octares, Toulouse, 2003.
9/ Heintz, J., Global Labor Standards: their impact and implementation , PERI Working Papers Service, nº 46, 2002.
10/ Mudanzas en el mundo del trabajo, relatorio presentado para la discusión durante la 95ª Conferencia Internacional del Trabajo de OIT realizada en Ginebra entre el 31 de mayo y el 16 de junio del 2006.
11/ Guilbert, B., La mondialisation de la valeur. Le 11 septembre et la loi de la valeur, Communication au Colloque Marx International, 28 septembre 2004 – 2 Octobre 2004, Université de Paris–10. p. 5.
12/ Marx, Karl, El Capital, Abril Cultural, Sao Paulo, 1983, Vol 1 Tomo 1 p. 141.
Correspondencia de Prensa: germain5@chasque.net / La Haine

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