martes, 19 de enero de 2010

Lila y El Chino de Bella Unión

Diario El País 20 de enero de 2010

Turismo cañero

Como suele ocurrir en enero, un grupo de cañeros volvió a ocupar la colonia "Raúl Sendic" en Artigas, exigiendo maquinaria y apoyos múltiples para hacerse cargo de la próxima cosecha azucarera. Es el tercer año que se registra una protesta de este tipo lo que indujo al presidente del Instituto de Colonización, Gonzalo Gaggero, a calificar esa medida como "un ejercicio de turismo revolucionario".

Puede que lo sea, pero también es un símbolo de las perplejidades que plantea el "proyecto sucroalcoholero" que Alur desarrolla en Bella Unión, con un afán más político que productivo.

En efecto, volver a plantar azúcar al estilo tradicional en un país de clima templado y con heladas invernales, es sólo una forma de hacerle el saludo a una bandera muy cara para la izquierda radical. Los cañeros de Artigas, agremiados por Raúl Sendic en los años 60, fueron la columna fundadora de los tupamaros, razón por la cual gozan de un aura de leyenda en el imaginario de la izquierda.

En realidad, son unas decenas de trabajadores que se declaran burlados por un gobierno que les prometió insumos, sistemas de riego y herramientas, así como viviendas y créditos. El Estado uruguayo, que lleva invertidos más de cien millones de dólares en este utópico proyecto, empieza a resistirse a seguir gastando en lo que, como ya se probó, es un barril sin fondo. Ahora prometió estudiar los pedidos de los reclamantes cuyo desafío consiste en pasar de ser simples cortadores de caña a colonos De todos modos, que el "turismo revolucionario" de los publicitados cañeros se ejerza contra un gobierno de izquierda integrado por antiguos militantes tupamaros es, a todas luces, una extraordinaria paradoja.

El País Digital




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Una producción de El poTrillo

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