viernes, 26 de diciembre de 2008

FUI ENGAÑADA YO Y FUE ENGAÑADO EL PRESIDENTE

MACARENA GELMAN



(Últimas Noticias)



El 2 de agosto de 2005, Macarena Gelman ingresó al Batallón 14 junto al entonces jefe del Ejército, Ángel Bertolotti, con mucha esperanza: allí podrían encontrarse, en horas o días, los restos de su madre desaparecida, María Claudia García. Hoy recuerda ese episodio como un engaño del que cree que también fue víctima el presidente Tabaré Vázquez. En entrevista con Ultimas Noticias, expresa sus sentimientos, sus esperanzas y su disconformidad con las investigaciones.






-¿Está conforme con lo que se ha investigado hasta el momento sobre el destino de su madre y los demás desaparecidos?
-Una cosa es lo que se ha hecho y otra lo que se ha logrado, que no es mucho en proporción. Hasta hace unos meses, cuando la investigación aún estaba en poder del Ejecutivo, tenía un nivel de conformidad muy bueno. Ahora me parece que se ha quedado un poco, que faltan pasos y gestos para dar.

-¿Qué cosas no la conforman?
-El año pasado el Ministerio de Defensa dijo que no hay más nada por conseguir, y luego está el tema de los ingresos a predios militares que estuvieron en un vaivén. Allí me empecé a dar cuenta de que el tema se estaba quedando. Por otra parte, era muy difícil verificar información, el trabajo necesitaba de más gente. La Secretaría de Seguimiento de la Comisión para la Paz no tiene todavía una estabilidad deseada. Empiezo a ver que los caminos están cerrados, que lo único que queda es la Justicia. Por esta vía, hasta ahora se ha tenido una buena respuesta del Poder Ejecutivo en cuanto a pedido de informes. Más allá de eso, creo que hay que darle otra dinámica a la investigación.

-¿Qué dinámica?
-En principio creo que habría que repreguntar muchas cosas.

-¿A los procesados?
-A los procesados y a los mandos. A medida que vas investigando, vas consiguiendo más información y eso te hace necesariamente volver, chequear lo que conseguiste antes y pueden haber nuevas inquietudes. Tiene que haber una continuidad.

-¿Qué siente cuando el comandante en jefe del Ejército, Jorge Rosales, dice que el tema está laudado en su institución?
-Él pensará así. Yo creo que falta muchísimo y que el Ejército tiene mucha más información que no da.

-¿Está en manos del Ejecutivo o de la Justicia hacer las repreguntas?
-De ambos. Por parte del Poder Ejecutivo podría conseguirse algo más. No sé cómo es el relacionamiento con las Fuerzas Armadas. Evidentemente hay un mensaje de no colaborar sumamente expreso. Es un tema de voluntad.

-¿Desde la Secretaría de Seguimiento de la Comisión para la Paz no han dado indicios de que se esté en nuevas investigaciones?
-Siempre me acerca datos, pero es todo muy espaciado, no tiene una continuidad. Por ahora nadie me informó nada. En la Justicia se han chequeado algunos testimonios que habían aparecido, pero para darles confia- bilidad tenés que hacer un rastreo bueno para decir que esa fuente es confiable, hay que verificarla. No sé si es un tema de recursos, de dedicación, pero creo que hay otro esfuerzo. Desde el Estado hemos tenido respuesta por lo menos en el pedido de reapertura, en el que solicitamos un montón de información a distintas reparticiones. Hasta ahora ha habido una buena respuesta, ágil y concreta. En el sentido de la investigación, me parece que falta.

-¿Qué sintió cuando en 2005 la llevaron al Batallón 14, donde supuestamente estaban los restos de su madre y no resultó ser así?
-El ingresar al Batallón lo decidí por mí misma. Poco tiempo antes habían ido otros familiares al Batallón 13, o sea, había un antecedente, no me parecía nada ilógico. La discusión viene después, por las precisiones que se hicieron en su momento. Claro que me generaron expectativas. Si te dicen que es cuestión de horas o días para que pueda aparecer, imaginate todo el movimiento personal y familiar en torno. Después de ese momento, sentí decepción. Desde ya que me sentí engañada. Fui engañada yo y fue engañado el presidente. Fue una mentira abierta.

-¿Fue engañado Ángel Bertolotti?
-Quiero creer que sí. Si no fue engañado, fue él el que mintió. En el corto relacionamiento que tuve con él, me causó una buena impresión, me pareció una persona de bien, entonces no quiero creer que mintió. Tal vez, haber dado más certeza de esa información iba un poco más allá de los medios. Si sabés que no tenés los medios adecuados, tenés que tener un poco más de cautela al informar.

-¿Faltó cautela?
-No sé lo que pasó. Yo nunca recibí una explicación al respecto.

-¿Quién tiene que hablar para que se conozca el destino de su madre?
-Los que están presos.

-¿No hay otros que puedan aportar datos?
-Puede ser. Supongo yo que personal del SID, que hasta ahora no figura en una instancia pública. No sé si algún detenido.

-¿Cómo evalúa lo que se hizo durante el gobierno de Jorge Batlle?
-No existieron los medios para que eso pudiera avanzar más porque las potestades de la Comisión eran muy limitadas.

-Cuando oye a los militares de entonces decir que cumplieron con su "deber de servir a la patria", ¿qué sentimiento le provoca?
-Están convencidos o se tuvieron que convencer para hacer lo que hicieron. Me genera una gran indignación. Me parece que lo que hicieron está muy lejos de cumplir con su deber.

-¿Qué expectativas tiene con las nuevas excavaciones en el Batallón de Artillería Antiaérea N°1?
-Eso siempre genera expectativas. Los restos de mi madre podrían estar en cualquier lado.

-Pero ¿se cuida más que antes?
-Por supuesto que sí.

-¿Qué sabe del ADN ordenado con un cráneo hallado en Vichadero?
-El ADN todavía no llegó a realizarse. Hay que ver si puede extraerse ADN de esos restos. Desconozco el entorno de la aparición de esos restos. Se hizo una pericia que consistió en una superposición fotográfica. Pero no se me explicó cómo pudieron llegar a ese porcentaje de 90% de certeza.

“Mi padre adoptivo tuvo problemas con la dictadura”

-Su padre adoptivo era policía. Si bien murió antes que usted recuperara su identidad, ¿no pudo obtener información por colegas o amigos de su padre?
-Información sobre el destino de mi madre no. En el momento en que me dejan en la casa de ellos, mi padre estaba retirado. Era una época muy difícil y él fue instado de alguna manera a retirarse. Dudo mucho que sus amigos tuvieran esa información.

-¿Su padre adoptivo tuvo problemas con la dictadura?
-Sí. Por su opinión sobre lo que era la Policía, que distaba bastante de lo que él entendía.

-¿Qué sabía su madre adoptiva?
-Mi madre supo que mi padre había tenido algún inconveniente cuando con el retorno de la democracia presentó al Poder Ejecutivo un expediente vinculado con su retiro en el que pedía la reconstrucción de la carrera funcional. En ese expediente relataba su postura frente a la institución y las condiciones en las que funcionaba la Policía.

-¿Su madre sospechó que su llegada pudiera tener vinculación con los militares y la dictadura?
-No. Mi madre está lejos de esa realidad. No se informaba sobre el tema en aquellos años. Yo misma durante 23 años no sabía absolutamente nada y la información estaba disponible. Si yo, que iba a una facultad donde había afiches colgados en las paredes, no supe de mi abuelo hasta el día que me enteré de todo, no me parece que sea imposible.

“No hay nadie arrepentido que yo pueda perdonar”

-¿Cuál fue su sostén emocional desde que descubrió su identidad?
-Mis afectos, mi madre sobre todo, y el apoyo de muchísima gente que conocía y que no conocía.

-¿Cómo se relaciona su madre? ¿No tiene conflicto de diferenciación de cuál es su madre?
-Después de un tiempo me he dado cuenta de que hablo de todos los padres indistintamente y que por ahí se confunde, pero a mí no me genera ningún conflicto. Mis padres son los que me criaron y me dieron todo el amor del mundo y creo que los padres que me tuvieron tenían la misma intención, si los hubieran dejado.

-¿Cambió en algo su relación con su familia adoptiva?
-Más que nada mi familia eran mi papá y mi mamá. Tengo un tío que no cambió el relacionamiento. Mi madre siempre me apoyó en todo lo que decidí hacer. Ella también debe tener sus conflictos, pero lo hemos manejado bastante bien y seguimos juntas.

-¿Las fiestas tradicionales son momentos de mayor angustia?
-Son momentos complicados emocionalmente. Pero el secuestro de mis padres es el 24 de agosto de 1976. A partir de esa época del año, para mí ya no es lo mismo. La última vez que se la ve a mi mamá es el 22 de noviembre de 1976. A mí me dejan en la casa de mis padres el 14 de enero de 1977. Entre el 24 de agosto y el 14 de enero es para mí un momento, no sé si de duelo, porque está la ausencia, pero sí difícil.

-¿Es ausencia o seguridad de muerte?
-Es una casi seguridad, porque mientras no aparezca el cuerpo, no puedo tener la seguridad absoluta. Es lo más jodido, la incertidumbre. Porque a mi papá, que fue enterrado en cemento y murió en condiciones cargadas de una crueldad importante, sé que lo asesinaron y sé que está enterrado en un cementerio de Buenos Aires al que he ido.

-Cuando se encontraron y se vieron los primeros restos de desaparecidos, que fueron los de Ubagesner Chávez Sosa, ¿qué sensación le generó?
-Es lo mismo que estás buscando y genera toda una sensación de remoción desde lo más profundo.

-¿Siente odio por alguno de los militares que se sospecha que pueden estar implicados?
-No sé cuál es el límite, cuándo se empieza a odiar. Yo creo que no, odio no. Quizás tenga que ver con que no sé quién fue.

-Una vez que se supiera quién o quiénes fueron los responsables, ¿tendría la capacidad de perdonarlos?
-No hay nadie arrepentido que yo pueda perdonar. Si estuvieran arrepentidos, hablarían. Tuvieron muchos años para arrepentirse y para hablar, sin estar presos, y tienen el amparo de una ley, que esperemos que no continúe. Más no se puede pedir. Tampoco nadie pidió perdón. Es una situación tan hipotética que es difícil contestarla. Es imposible saberlo hasta que no lo vivís.

-¿Cambiaron sus amistades o sus rumbos profesionales?
-Sí. Cuando a alguien le pasa algo como esto, que tiene un contenido político, también otras personas tienen sus puntos de vista, su información y sus creencias. Hay personas con las que no sentí ya la misma cercanía, por cómo tratan el tema. Hubo amistades que nunca hablaron una palabra del tema e hicieron como que nada pasó, y otras que parece que en realidad lo único que pasó fue esto, hasta las que se mantuvieron en un equilibrio, que realmente fue bastante difícil. Yo estaba estudiando Química y se me hizo muy difícil seguir. Ahora voy a empezar Sociología a ver si me gusta.

“Estoy alerta para que no me usen políticamente”

-¿Conocer su identidad le implicó en algún momento un cambio o una toma de postura desde un punto de vista político?
-Sí. Yo siempre fui bastante neutra, no tenía postura política, no seguía a un partido, no tenía esa convicción. Pero obviamente te das cuenta, en base a la información que tenés y en base a cómo se enfrentan determinados sectores a esos hechos. Entonces diría que sí, que lo tengo más claro y antes no lo sabía. Por supuesto que tengo ahora una idea formada del panorama político. No sé si totalmente, no sé si alguien puede tenerla.

-¿Ha sentido precaución de ser usada políticamente en algún momento?
-Tuve cuidado. Traté de estar alerta, soy una persona bastante desconfiada. Es una alerta permanente para que no me usen políticamente.

-Si cambia el signo del gobierno, ¿qué espera?
-Desde el punto de vista del Partido Nacional, me han alarmado algunas cosas que se han dicho, como por ejemplo que se va a terminar la "retórica" de los derechos humanos. Y derechos humanos asociados supongo que al tema de los desaparecidos, porque si se refiere a derechos humanos en general, es horrorizante. El temor está, habría que ver lo que plantean; hasta ahora no he escuchado ningún planteo concreto.

-¿Qué opina del "Día del Nunca más"? ¿Sirve de alguna forma para los familiares?
-Sería muy bueno contar con una fecha que sirviera como recordatorio, más allá del aniversario del golpe de Estado. Siempre los "rojos" en el calendario dan una mayor universalidad. Es algo simbólico que tendría que existir; sin embargo, no estoy de acuerdo con la fecha que se eligió del 19 de junio.

-¿Por qué?
-Porque el 19 de junio es el natalicio de Artigas y no me parece mezclar las cosas de esa manera. Tendría que ser un día distinto. No quita que pudiera ser el día del golpe o el 20 de mayo, pero creo que sería un gesto simbólico importante. Obviamente que para que se concrete tiene que haber voluntad política.



Macarena Gelman por anulación ley de caducidad





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