martes, 25 de septiembre de 2007

Los trabajadores forestales no seremos los mercenarios de las multinacionales


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Por Miguel A. Olivera Prietto
entrevista realizada a Néstor Estévez por Miguel Olivera Prietto y publicada en el semanario Acción Informativa,
de Tacuarembó, el 21/9/07
info de la página web del grupo guyubira.

Hace dos años este semanario viene denunciando una y otra situación de abusos en contra de los trabajadores
de la forestación.
Una y otra nota colaboraban para poner en consideración de la gente un problema injusto, y para que los contratistas
y las empresas forestadoras, revieran la manera en que sus propios trabajadores trabajaban para ellos. Uno de los puntales en ese trabajo fue Néstor Estévez, uno de los principales dirigentes sindicales de Tacuarembó en los principios. El tiempo pasó, hoy Néstor Estévez es una figura nacional al nivel sindical, es Vicepresidente del SOIMA del Uruguay y, por resolución de la dirección nacional, encargado de asuntos forestales en el sindicato.
Reconoce que en Tacuarembó hay muchos accidentes de trabajo en la industria de la madera y no se denuncian a nivel sindical como
correspondería, también nos habla de la forestación y sus consecuencias.

Néstor, yo tuve datos sobre una alarmante cantidad de accidentes laborales que hay, hoy, en Tacuarembó, tanto en la industria de la madera como en la forestación? ¿A qué se debe el silencio del SOIMA Tacuarembó en estos últimos tiempos, cuando tú mismo denunciaste estas situaciones hace un año y más?

Yo siempre reivindiqué eso, pero los accidentes se están dando en empresas que no apuestan a políticas de seguridad, entonces si bien es cierto que muchas veces hay empresas que no se les ven tantos accidentes pues tienen enfermerías adentro, las que no tienen también les falta una política de seguridad más seria en prevención, y eso sí es una carencia del sindicato que tendría que, en su lugar de trabajo, preocuparse y exigir a su empresa que se cumplan las normas mínimas de seguridad.

Que tengas una política de prevención no quiere decir que vas a terminar los accidentes, sino que serán menos y menos graves. Nosotros trabajamos con troncos y muchas veces tenés la posibilidad, por cansancio, de dejar una mano debajo de uno, pero que no es posible que en un lugar de trabajo que tenga una prevención y un cuidado en la seguridad te agarres una mano en una parte móvil o en una cinta. Con una buena política debería tener sus protectores adecuados que por descuido o cansancio no llegue la mano, por ejemplo, ahí.

¿Me estás confirmando que hay varios accidentes en la industria de la madera en Tacuarembó y que el SOIMA Tacuarembó
falla en denunciarlos o en encarar a las empresas para mejorar esta situación?

Sin dudas, pero además creo que es una carencia del SOIMA reivindicar aspectos de seguridad de igual a igual con las empresas. Pero que tampoco abusen algunas empresas escudándose en la seguridad para sancionar con despidos

¿Hay despidos abusivos que tampoco son denunciados públicamente?

Siempre hemos denunciado que Los Piques abusa del tema de seguridad para sancionar a los trabajadores cuando debe tener una escala de sanción pero apuntando principalmente a que se vayan capacitando y aprendiendo de sus errores. Yo digo que si se comete una falta que se vaya aprendiendo del error y que no los corran en el primer accidente. Porque más allá que nos estén avasallando los capitales extranjeros, deben respetar la normativa vigente, y eso sólo se logra con la organización de los trabajadores que son la vanguardia para reivindicar sus derechos y enfrentarse a las multinacionales. Por eso es necesario que tengamos un comité de base del SOIMA en Los Piques, porque si Los Piques en su lugar de origen tiene sindicato, por qué en Tacuarembó no, lo prohíbe y además se promocionan como que ellos le dan todo a los trabajadores y no necesitan sindicato. Si nos quieren tomar como ignorantes están muy equivocados y vamos a dar pelea para organizar los trabajadores y reivindicar sus derechos.

¿Pero hay despidos en otras empresas donde hay sindicatos?

Sí, los hay. Por eso tengo ciertas discrepancias a nivel local.

¿Por qué se abandonaron a los trabajadores forestales en el SOIMA?

No creo que se abandonaran, pero sí se apuntó mucho a la participación en lo nacional, que era necesario. Para la unificación de los trabajadores, para la lucha en los Consejos de Salarios, y demás ámbitos de negociación que reúne a todos los trabajadores. Seguimos siendo caprichosos en que el trabajador forestal debe pertenecer a la cadena productiva de la industria, porque es parte de ella, y sin duda que se descuidó un poco la situación en lo local. También hay una realidad que trabajadores forestales por reclamar sus derechos hayan perdido sus trabajos y no los toma nadie, y que hoy andan trabajando en lugares apartados como Minas, y en todoel sur, pero que al menos quedó el aprendizaje en la lucha y están creando organizaciones en esos lugares.

¿Vos me estás diciendo que la mayoría de los delegados, dirigentes de los forestales del SOIMA fueron corridos de Tacuarembó?

Tal vez no todos, sé que hay varios, tengo los nombres y los lugares, pero otros están changando en lo que pueden en Tacuarembó porque entre los contratistas los conocen y no los toman.

¿Siguen los abusos en la forestación por parte de contratistas?

Siguen. Pero además da la casualidad que son los mismos. Los Rodríguez están trabajando de nuevo ocultando sus identidades detrás de sus abogados haciendo las mismas irregularidades de siempre. Esto se revierte, como se revirtió la primera vez con los trabajadores organizados, movilizados y en lucha, y la denuncia pública permanente, tu semanario es un ejemplo. Por eso vamos a retomar la tarea forestal como prioridad nuevamente en la zona, y aprovechamos este espacio para invitarlos a que todos los jueves a las ocho, en AEBU, vamos a estar atendiendo a todos los trabajadores forestales. Después de las 20 vamos a estar ahí para escuchar y darles la información que esté a nuestro alcance.

Por ejemplo en los Consejos de Salarios logramos un aumento retroactivo en el segundo semestre de 2006, obligatorio a pagar por parte de todas, todas digo, las empresas. Sin embargo solo algunas, las que estamos mejor organizados sindicalmente lo hemos cobrado. Por eso quiero destacar la importancia de la sindicalización. Si cada compañero viene y se abren alas de nuestro sindicato en cada lugar, todos sabrían que tienen para cobrar 1.146 pesos a los trabajadores que perciben una vez y media el peón especializado, y para los que perciben más, 1.500 pesos.

¿Es decir, que las empresas que no pagaron se hacen las sotas y mantienen silencio por si pasa?

Sin dudas. Además te voy a decir que conseguimos para el primer semestre de este año un aumento del 9.5% para la primera franja, y 8.64% para las categorías más altas. Y a partir del 1 de julio de este año, ya estamos cobrando un aumento del 4.5% y 4.22% respectivamente.

¿Vos sabés de empresas que no cumplan con estos aumentos?

Sí. Quiero aclarar que lo que se resuelve y firma el Poder Ejecutivo en los Consejos de Salarios es Ley. Pero además los trabajadores que no han percibido estos beneficios es porque aún no han podido vencer el miedo de organizarse.

¿Y si es Ley, por qué el Poder Ejecutivo no obliga a las empresas a pagar los aumentos?

Porque nuestra inspección de trabajo sigue siendo obsoleta, no cumple con su rol, tiene vicios, no cumple su papel de policía de trabajo. Se han planteado mil denuncias y siempre el mismo cuento, que no hay vehículos o no hay dinero para hacer las inspecciones.

¿En tanto los trabajadores siguen expuestos?

Es tanta la pobreza y la falta de trabajo que vos sabés que se sale a trabajar en la forestación a como de lugar. Si después no cumplen con la vestimenta, la seguridad, el ficto de alimentación, el trasporte, el sueldo, el pobre compañero en el monte no tiene forma de defenderse.

¿Hasta cuándo se van a plantar árboles?

Yo soy trabajador forestal, hace más de 18 años que vivo de esto. He hecho de todo un poco para sostener a mi familia,
sin embargo comprendo que hay árboles ya suficientes si hablamos de una producción netamente industrial. Para mí hay dos destinos para la forestación, la industrial y la celulósica. Con respecto a esta última nunca se debió aceptar en nuestro país, porque requiere demasiadas hectáreas con muy poca mano de obra, con poquísimo valor agregado. Estas multinacionales vienen a aprovecharse de nuestra tierra, hacen su trabajo sucio, se aprovechan de nuestra gente, y se llevan toda la ganancia. Fijate que ni siquiera pagan los impuestos que paga un pobre productor rural que peludea con algún ganado.

Con respecto a la industria, sin dudas que lo que está plantado es suficiente, además se puede replantar lo que está si llegara a faltar. Por ejemplo para talar para la industria es un proceso más lento, es en etapas, hay dos raleos como mínimo para después llegar a la tala. Eso te lleva un proceso de más de tres años. En cambio, para la celulosa arrancan con máquinas, no hay raleo, no hay poda, no hay trabajo para nuestra gente. Es mentira lo que dicen que dan tanto trabajo.

En el tema industrial estamos enclavados en una zona donde se está desarrollando una fuerte producción en paneles, contraenchapados y madera sólida, del clásico aserradero tradicional esta última. Que ameritaría que en Tacuarembó y Rivera hubiera un centro tecnológico de la madera, porque entendemos que los trabajadores se deben apropiar del conocimiento para acceder a los puestos de trabajo calificados, que hoy se están trayendo de otros lados. Sin dudas que apropiarnos del conocimiento quiere decir que lo usemos y alarguemos la cadena productiva en Uruguay. Se le puede dar valor agregado a esos paneles, a esas tablas, que redunden en más puestos de trabajo y ahí sí, empezar a soñar en un país productivo y con justicia social.

El SOIMA estuvo a favor de la forestación durante años... tus comentarios, ¿Marcan un cambio de opinión, un estudio más profundo de parte de tus compañeros? ¿O es una cuestión personal?

Por ahora es una cuestión personal pero se está discutiendo con gran aceptación dentro del SOIMA, y hay varios compañeros que están de acuerdo conmigo.

¿Son conscientes que si se llegan a tres millones de hectáreas de árboles, o más, el país tendrá zonas desérticas y escasez de agua dentro de diez, quince o veinte años?

Somos conscientes, por eso que te hablaba del modelo industrial y del modelo celulósico. Si se precisan esas hectáreas, digo los tres millones, es para la celulosa. Para la industria con lo que hay ya da y sobra.

¿Sabías que cuando Botnia comience a trabajar a todo trapo, como mucho quedarán 15 de Fray Bentos trabajando, y los demás quedarán desocupados?

Si, yo ya te lo había dicho en tu programa de radio, por eso estoy en contra del modelo celulósico.

¿Vos no crees entonces que el propio SOIMA podría ser una de las herramientas para parar este modelo forestal que va a devastar nuestra tierra?

El Uruguay nunca fue tanto árbol. Yo fui criado en Rincón de la Aldea, tengo 34 años, sé lo que es ir a una escuela rural. Conozco la cultura de gente sana, de gente de bien, que producía o que eran empleados en campaña. Yo no creo que toda esa gente se tenga que venir de campaña a morirse de hambre a la ciudad. La forestación tiene que tener un límite, y ya está. Éste es el límite. Hay que parar de ocupar más espacio plantando árboles y modificar la política forestal.

No podemos ser los trabajadores forestales usados, ser los rehenes para convencer al resto de la cadena productiva que lo único que vale es la forestación. Ya no hay que inventar más trabajadores de la forestación, somos unos cuantos ya.
Que inventen trabajadores para el resto de la cadena productiva que este gobierno se comprometió a desarrollar en
la campaña preelectoral.

Sepan que en estos pocos años muchos de mis compañeros forestales han muerto aplastados por árboles, muchos han perdido manos, piernas, se les han roto las espaldas. Hemos pagado con nuestra vida, con nuestra salud y muchas veces con salarios de hambre estas monstruosas plantaciones, de capitales que no van para nuestra olla, que no terminarán mejorando la calidad de la educación de nuestros hijos, que las ganancias no quedarán en nuestro país pues se irán en barcos cargados de celulosa para desarrollar capitales extranjeros.

No queremos los sindicalistas del SOIMA ser la excusa para implantar un modelo destructivo. El Uruguay no puede perder su identidad, la diversidad ha sido nuestro modelo. Pero además, muchos de nosotros apostamos a otro país hace casi tres años, no este.

Es una obligación moral para nosotros defender la tierra, el agua, la cultura rural. Es nuestra obligación buscar un modelo nuevo, junto al resto del pueblo, que cambie el actual y mejore el que estaba antes. Nosotros no seremos los mercenarios de las multinacionales.

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